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La gastritis es una inflamación del revestimiento del estómago que puede causar dolor, acidez y malestar digestivo. Aunque muchas veces se asocia con infecciones o el consumo de ciertos alimentos, el estrés también juega un papel clave en su desarrollo y agravamiento.

La conexión entre la salud mental y el sistema digestivo es más fuerte de lo que parece.

¿Cómo influye el estrés en la gastritis?

El estrés crónico puede afectar la función del sistema digestivo de varias formas:

  1. Aumento de la producción de ácido gástrico. Cuando el cuerpo está en estado de alerta constante, libera hormonas como el cortisol, que pueden estimular la producción de ácido en el estómago. Esto puede irritar la mucosa gástrica y favorecer la aparición de gastritis.
  2. Alteración de la microbiota intestinal. El estrés prolongado puede desequilibrar la microbiota intestinal, afectando la digestión y debilitando la barrera protectora del estómago.
  3. Disminución de la regeneración de la mucosa gástrica. Bajo estrés, el cuerpo reduce su capacidad de reparación y cicatrización, lo que dificulta la recuperación de las lesiones en el estómago.
  4. Hábitos poco saludables asociados al estrés. Muchas personas reaccionan al estrés con conductas como el consumo excesivo de café, alcohol o comida rápida, que pueden empeorar la inflamación estomacal.

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¿Qué hacer para reducir el impacto del estrés en la gastritis?

  • Practicar técnicas de relajación. La meditación, el yoga y la respiración profunda pueden ayudar a reducir el estrés y mejorar la función digestiva.
  • Cuidar la alimentación. Evitar alimentos irritantes como el café, el picante y los ultraprocesados puede ayudar a proteger la mucosa gástrica.
  • Mantener horarios regulares de comida. Comer a la misma hora todos los días favorece una digestión saludable y reduce la producción excesiva de ácido.
  • Dormir bien. Un buen descanso es fundamental para regular el sistema nervioso y mejorar la salud digestiva.

El estrés y la gastritis están estrechamente relacionados, ya que la salud mental influye directamente en el sistema digestivo. Adoptar hábitos que reduzcan la tensión y cuidar la alimentación puede ser clave para prevenir y aliviar los síntomas de esta afección.

 

Fuente: American Psychological Association