Aunque la enfermedad celíaca puede desarrollarse en cualquier momento después de la primera exposición de un bebé al gluten, esta suele diagnosticarse mucho más tarde en la vida. De acuerdo con los expertos en el ramo, la edad promedio de diagnóstico es entre los 46 y los 56 años. Alrededor del 25% de las personas son diagnosticadas después de los 60 años.
La enfermedad celíaca es ligeramente más común en mujeres y entre personas con otras enfermedades autoinmunes, como diabetes tipo 1, tiroiditis de Hashimoto (una causa común de niveles bajos de tiroides) y dermatitis herpetiforme (una enfermedad poco frecuente que se caracteriza por una erupción en la piel con picazón y ampollas).
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No se sabe por qué algunas personas pasan de ser susceptibles a padecer realmente la enfermedad celíaca. La teoría predominante es que algún tipo de estrés físico o emocional (como una infección viral, una cirugía o la ansiedad por un evento vital estresante) puede «activar el interruptor» y hacer que aparezca la enfermedad. Cada vez más personas reciben el diagnóstico en la mediana edad o en edades más avanzadas, usualmente después de que se les descubren afecciones como anemia u osteoporosis causadas por deficiencias de nutrientes.
Fuente: Harvard Medical School