La ultrasonografía endoscópica (EUS, por sus siglas en inglés) le permite a los médicos examinar los revestimientos del esófago y del estómago, así como las paredes del tracto gastrointestinal superior e inferior. El tracto superior está compuesto por el esófago, el estómago y el duodeno; el tracto inferior incluye el colon y el recto. La EUS también se utiliza para estudiar otros órganos que están cerca del tracto gastrointestinal, como los pulmones, el hígado, la vesícula biliar y el páncreas.
La EUS es concretada por especialistas altamente capacitados que usan un tubo delgado y flexible llamado endoscopio, el cual incorpora una sonda de ultrasonido en miniatura. Tu médico pasará el endoscopio a través de tu boca o ano hasta el área a examinar. Después, tu médico utilizará el ultrasonido, el cual emite ondas sonoras para crear imágenes visuales del tracto digestivo.
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La EUS le brinda a tu doctor más información que otros estudios de imagen al otorgar imágenes detalladas de tu tracto digestivo. Asimismo, tu médico puede usar la EUS para diagnosticar ciertas condiciones que pueden ocasionar dolor abdominal o pérdida de peso anormal.
La ultrasonografía endoscópica también se usa para evaluar anomalías conocidas, incluyendo bultos o lesiones, que se detectaron en una endoscopia previa o se observaron en pruebas de rayos X, así como en una tomografía computarizada (TC). La EUS brinda una imagen detallada del bulto o lesión, lo que puede ayudar a tu médico a determinar su origen y ayudar en las decisiones de tratamiento. Finalmente, la EUS se puede utilizar para diagnosticar enfermedades del páncreas, las vías biliares y la vesícula biliar cuando otras pruebas no son concluyentes o son contradictorias.
Fuente: American Society for Gastrointestinal Endoscopy (ASGE)