Calorías, Corazón, Diabetes, Obesidad y nutrición
Los alimentos lácteos han recibido mucha atención por parte de los investigadores en los últimos años, en particular de diversos estudios realizados de manera conjunta y por separado por científicos de las universidades de Harvard y Tufts, en Estados Unidos. En ellos, analizaron la relación entre los lácteos enteros y los riesgos de enfermedades cardíacas y diabetes.
Una investigación que evaluó a 3,000 participantes halló que las personas que incluían grasas lácteas en su dieta tenían un menor riesgo de diabetes. Una teoría para el vínculo es que las personas que se saltan o limitan los productos lácteos podrían compensar comiendo carbohidratos más refinados y bajos en fibra, lo que puede aumentar el riesgo de diabetes.
Otro estudio dio seguimiento a más de 200,000 personas durante varias décadas, analizando la relación entre la ingesta de grasas lácteas y las enfermedades cardíacas.
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El trabajo no encontró un aumento en el riesgo de enfermedad cardíaca entre las personas que consumían grasa láctea, aunque el riesgo se redujo cuando las calorías de dicha grasa se reemplazaron por calorías de grasas de origen vegetal o granos enteros: 24% cuando se reemplazaron por grasas poliinsaturadas y 28% cuando se reemplazaron con granos enteros. Por otro lado, el riesgo aumentó en un 6% si esas calorías se destinaban a alimentos con otros tipos de grasas saturadas, como la carne roja.
Una tercera investigación revisó nueve estudios que analizaron específicamente la mantequilla, otra fuente de grasas saturadas, y su papel en las enfermedades cardíacas, la diabetes y todas las causas de muerte. El análisis descubrió que si bien las grasas de origen vegetal son más saludables, es probable que pequeñas cantidades de mantequilla no te hagan daño.
¿Qué podrías hacer con toda esta información? La recomendación familiar es la moderación. Aunque es más saludable cocinar con aceite de oliva, por ejemplo, puedes disfrutar de un poco de mantequilla en tu cereal integral caliente o 28 gramos de queso en pan integral o, quizás lo mejor de todo, una porción de yogur graso y una taza de bayas.
Vía: Health Day News