Obesidad y nutrición, Salud Mental
Si te preocupa que alguno de tus hijos pueda tener un trastorno alimenticio, hablar con ellos sobre dicho tema podría resultar algo difícil.
Ante ello, el Sistema de Salud de la Universidad de Michigan en Estados Unidos sugiere:
- Explícale a tu hijo de una manera cariñosa, amorosa sobre tus preocupaciones.
- Escucha con atención la respuesta de tu hijo. Ten en cuenta que los adolescentes con trastornos de la alimentación pueden sentirse avergonzados, temerosos o fuera de control.
- Explícale a tu hijo que lo quieres ayudar. Puede que tengas que abrir la conversación más de una vez si tu hijo niega el comportamiento o se enoja.
- Supervisa el uso de Internet de tu hijo, ya que existen sitios que promueven los trastornos alimenticios.
- Busca ayuda profesional si piensas que tu hijo la requiere.
Los trastornos de la alimentación son problemas de conducta serios. Puede ser que la persona coma en exceso o que no coma lo suficiente como para mantenerse sana y saludable.
Los tipos de trastornos de esta índole incluyen:
- Anorexia nerviosa, cuando la persona no come lo suficiente porque se siente gorda y en consecuencia adelgaza demasiado.
- Bulimia nerviosa, que incluye periodos donde la persona come demasiado seguido por frecuentes purgas, a veces vómitos autoprovocados o uso de laxantes.
- Compulsión para comer, que consiste en comer sin control.
Las mujeres tienden a ser más propensas que los hombres a tener trastornos de la alimentación. Suelen comenzar en la adolescencia y usualmente se presentan con depresión, trastornos de ansiedad y abuso de drogas.
Los trastornos alimenticios pueden causar problemas en el corazón, en los riñones e incluso la muerte. Es importante obtener ayuda a tiempo. El tratamiento incluye supervisión, terapia psicológica, asesoría nutricional y, algunas veces, medicamentos.
Vía: HealthDay News, National Library of Medicine