Durante la reunión anual de la Obesity Society (Sociedad de la Obesidad), celebrada la semana pasada en Los Ángeles, California, se dieron a conocer los resultados de un estudio que comprueba que los hijos cuyos padres tienen un nivel alto de estrés son más propensos a padecer obesidad.
Carmen Isasi, líder del estudio y profesora asociada de epidemiología y de salud de la población del Colegio de Medicina Albert Einstein de la ciudad de Nueva York, expuso que «la obesidad y el estrés crónico eran prevalentes, con más de una cuarta parte (28%) de los niños de 8 a 16 años de edad con obesidad y casi una tercera parte (29%) de sus padres informó tener niveles altos de estrés”.
De acuerdo con Isasi, el estudio es uno de los primeros que identifica el estrés que sufren los padres como factor de riesgo para la obesidad infantil y amplía la comprensión sobre el papel de las influencias familiares en el peso de los niños.
Para el estudio, los investigadores compararon las tasas de obesidad de niños hispanos en Chicago, Miami, Nueva York y San Diego con el nivel de estrés de sus padres en casa y en el trabajo. Las tasas de obesidad de los niños aumentaron según la cantidad de estrés a la que se enfrentaban sus padres; los factores estresantes incluían dificultades en el trabajo o en una relación, entre otros.
Tras tomar en cuenta otros factores, como la edad, sexo, lugar de nacimiento y el vecindario donde vivían, los investigadores concluyeron que los padres que presentaban tres o más fuentes crónicas de estrés tenían el doble de probabilidades de que sus hijos presentaran obesidad que aquellos padres que no sufrían estrés.
Al respecto, la doctora Margarita Terán-García, miembro plenipotenciario del Concejo Mexicano de la Sociedad de la Obesidad, comentó que “esta investigación debería animar a los profesionales clínicos y a los practicantes de atención de la salud a que tengan en cuenta los niveles altos de estrés como señal de advertencia de la aparición de la obesidad no solamente en los pacientes adultos, sino también en la familia entera del paciente”.
Terán-García dijo que los hallazgos sugieren «que se debe prestar una atención especial a los pacientes adultos que afirman estar experimentando unos niveles de estrés altos y se anima a los profesionales a que tengan en cuenta el asesoramiento conductual como medida de prevención y el tratamiento de la obesidad».
Vía: Health Library