Los seres humanos tenemos un par de arterias grandes que se ubican en el cuello, llamadas arterias carótidas. Las arterias carótidas transportan sangre hacia el cerebro. Cuando estas arterias se enferman, se puede producir la formación de coágulos de sangre que, a su vez, pueden viajar al cerebro. Dichos coágulos sanguíneos ocasionan infarto cerebrales (o eventos cerebrovasculares) al interrumpir el flujo sanguíneo hacia las arterias del cerebro. Con frecuencia, tu proveedor de atención médica podrá saber si una o ambas arterias carótidas se encuentran enfermas escuchando el flujo sanguíneo en tu cuello con un estetoscopio.
Si produces sonidos anormales que sugieren una enfermedad carotídea, es probable que requieras más pruebas, como una ecografía carotídea o una angiografía carotídea, que le permitirán a tu médico evaluar más a fondo la salud de tus arterias carótidas. En ocasiones, si la enfermedad de la arteria carótida es extensa, existe la posibilidad de que necesites una reparación quirúrgica para prevenir un infarto cerebral.
Fuente: Very Well Health