El infarto cerebral, también conocido como accidente cerebrovascular (ACV), no es exclusivo de los adultos mayores. En los últimos años, ha aumentado su incidencia en personas jóvenes debido a factores como el estrés, el sedentarismo y enfermedades subyacentes no diagnosticadas.

Identificar sus señales de alerta a tiempo puede marcar la diferencia entre una recuperación efectiva o consecuencias graves.

Síntomas clave de un infarto cerebral

Las señales de un infarto cerebral pueden aparecer de forma repentina y requieren atención médica inmediata. La regla «FAST» ayuda a reconocerlas:

  • F (Face / Rostro): Asimetría facial o dificultad para sonreír.
  • A (Arms / Brazos): Debilidad o entumecimiento en un brazo.
  • S (Speech / Habla): Dificultad para hablar o entender palabras.
  • T (Time / Tiempo): Si se presentan estos síntomas, es urgente acudir al hospital.

Otros síntomas pueden incluir:

  • Pérdida repentina de la visión en uno o ambos ojos.
  • Mareo, falta de equilibrio o dificultad para coordinar movimientos.
  • Dolor de cabeza intenso sin causa aparente.

Factores de riesgo en jóvenes

Aunque el infarto cerebral suele estar asociado con la edad avanzada, en jóvenes puede estar relacionado con:

  1. Hipertensión y colesterol alto no controlados.
  2. Tabaquismo y consumo excesivo de alcohol.
  3. Uso de anticonceptivos orales en combinación con otros factores de riesgo.
  4. Diabetes y enfermedades autoinmunes como el lupus.
  5. Sedentarismo y obesidad.

Conoce más: Infarto cerebral: Síntomas y señales de advertencia 

¿Qué hacer ante una sospecha de infarto cerebral?

Si alguien presenta síntomas de ACV, se debe llamar inmediatamente a emergencias. Cada minuto cuenta para reducir el daño cerebral. También es importante mantener la calma y evitar que la persona se mueva bruscamente mientras llega la ayuda médica.

Los infartos cerebrales en jóvenes pueden prevenirse con un estilo de vida saludable y chequeos médicos regulares. Identificar los síntomas a tiempo y actuar rápidamente puede salvar vidas y minimizar secuelas.

 

Fuente: American Stroke Association