Es común tener dificultad para ingerir comida si te estás recuperando de un infarto cerebral (o evento vascular cerebral [EVC]), así lo indica el Sistema de Salud de la Universidad de Michigan, en Estados Unidos.
El primer obstáculo es la disfagia (dificultad para tragar), y el segundo es que no puedes sentir la comida en uno o ambos lados de la boca. También puedes tener problemas para masticar o producir suficiente saliva, padecer otras afecciones que dificultan la alimentación y aumentan el riesgo de atragantarte o respirar alimentos o líquidos (aspiración).
Otras cosas que pueden interferir con la alimentación normal incluyen:
- Problemas para ver o juzgar dónde se encuentran las cosas, especialmente en el lado de tu cuerpo afectado por el infarto cerebral.
- Problemas para reconocer objetos familiares o recordar cómo hacer las cosas cotidianas.
- Parálisis, debilidad o dificultad para controlar los movimientos (apraxia).
- Problemas con el olfato, el gusto o la sensación.
- Depresión, que puede provocar pérdida de apetito y requiere tratamiento.
RECUERDA: Si tienes problemas para comer después de un EVC, necesitarás una evaluación exhaustiva por parte de un terapeuta del habla u otro especialista en rehabilitación. Es posible que necesites radiografías especiales para determinar cómo estás tragando. Conforme te vayas recuperando de tu infarto cerebral, tu equipo de rehabilitación controlará tu progreso. Los problemas para tragar y comer suelen mejorar con el tiempo, pero algunos pueden durar el resto de tu vida.
Si tienes más dudas sobre la dificultad para comer tras un infarto cerebral y deseas conocer maneras para facilitar tu alimentación, consulta a tu médico.
Fuente: University of Michigan Health