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De acuerdo con Yoali Arana, investigadora y coordinadora del Centro de Sueño y Neurociencias de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), comer dos kiwis una hora antes de acostarse incrementa el tiempo total de sueño y aumenta su eficiencia. Y esto mismo sucede después de dos semanas de consumir diariamente 200 miligramos de cerezas, lo que a su vez disminuye el insomnio y, en consecuencia, la cantidad de veces que una persona se despierta durante la noche.

Según la especialista, lo anterior se debe a la serotonina y al ácido fólico contenidos en el kiwi, y a la melatonina y al triptófano que se encuentran en las cerezas.

Arana detalló que, contrariamente a esto, hay alimentos que reducen la calidad del sueño; ejemplo de ello son los carbohidratos procesados, que difieren de aquellos que provienen de fuentes naturales. Otro ejemplo son los alimentos con un alto índice glucémico (aquellos que aumentan rápidamente los niveles de glucosa en sangre), que cuando se ingieren cuatro horas antes de acostarse, merman el sueño de ondas lentas (tercera fase del sueño en donde no hay movimientos oculares rápidos).

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Asimismo, dijo que el alto consumo de bebidas azucaradas, no desayunar y el ayuno prolongado (permanecer más de seis horas sin comer) disminuye el tiempo total de sueño e incrementa el tiempo de sueño ligero. De la misma forma, el bajo consumo de proteínas afecta la calidad del sueño y aumenta el tiempo que tarda la persona en quedarse dormida.

La experta, quien también es miembro del Departamento de Neurofisiología Clínica del Hospital ABC, advirtió que las dietas que son muy bajas en carbohidratos, después de solo dos días, disminuyen el sueño de ondas lentas, considerada la etapa que brinda el mayor descanso; y después de cinco días, afectan el sueño de movimientos oculares rápidos, el cual se relaciona con el aprendizaje, la memoria, la resolución de problemas y la toma de decisiones.

Finalmente, Arana recomendó consumir la dieta mediterránea, que es rica en verduras, frutas, granos integrales, frijoles, nueces, semillas y aceite de oliva, pues ha sido asociada con una mejor calidad del sueño en la población adulta.

 

Vía: Notimex