Lograr que los niños duerman lo suficiente, podría ayudar a que coman de una manera moderada y, en consecuencia, evitar la obesidad. Un estudio realizado por el Centro de Investigación y Educación sobre la Obesidad (CORE, por sus siglas en inglés) de la Universidad de Temple, en Filadelfia, fortalece la idea que ya se tenía de que existe un vínculo entre la falta de sueño y el riesgo de obesidad.
La revista Pediatrics presenta en su último número un reporte sobre esta investigación, que es la primera en profundizar en el efecto del sueño en los hábitos alimenticios de los niños. Chantelle Hart, profesora adjunta en el CORE y autora principal de la investigación, destaca que “los hallazgos del estudio sugieren que aumentar el tiempo de sueño de los niños en edad escolar durante la noche podría tener importantes implicaciones en la prevención y tratamiento de la obesidad”
El estudio se realizó en 37 niños de entre ocho y once años de edad y se encontró que un tiempo mayor de sueño resultó en una menor ingesta de alimentos, menores niveles de peptina en ayunas y un menor peso. En un inicio todos los niños durmieron de manera normal, pero durante la segunda y la tercera semana, de manera aleatoria, se les hizo dormir un mayor o menor tiempo. A los participantes se les pesó y se les realizó un cuestionario sobre su alimentación en el periodo del estudio, así mismo se les realizó un examen para medir los niveles de letpina en ayunas, la hormona encargada de regular el hambre.
Los resultados arrojaron que en comparación con la semana de sueño reducido, cuando los niños durmieron más reportaron un consumo promedio de unas 134 calorías menos por día. También se registró que pesaron aproximadamente unos docientos gramos menos y presentaron niveles menores de leptina.
Anteriormente otro estudio había sugerido ya este vínculo entre los patrones del sueño en niños y el aumento en el peso. En 2011 investigadores de Nueva Zelanda reportaron que la falta de sueño en niños se relacionaba con la obesidad. También este año un estudio realizado en los Estados Unidos, y que se publicó en la Revista Procedimientos de la Academia Nacional de Ciencias de los E.U.A., reportó el mismo vínculo.
Vía: Revista Pediatrics