Las máscaras faciales o cubrebocas de grado médico deben reservarse para el personal de atención médica de primera línea y para los trabajadores de salud clave durante la pandemia de COVID-19. Estas están diseñadas para proteger a las personas de los gérmenes en pequeñas partículas emitidas por los pacientes enfermos.

En el caso de las máscaras o cubiertas faciales de tela, estas funcionan evitando que se propaguen infecciones hacia otras personas, en lugar de proteger al usuario.

Se considera que el material de algodón tiene una mejor ventilación y atrapará menos humedad que se acumula al respirar y sudar. Y como la máscara facial debe tener varias capas, querrás un material que no restrinja tu respiración. Materiales como el poliéster pueden atrapar la humedad gracias a sus propiedades resistentes al agua, lo que puede reducir la eficacia de la máscara.

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«Nuestro trabajo muestra que algunos tejidos son más efectivos que otros, en términos de su capacidad para filtrar las partículas microscópicas más pequeñas», señaló el doctor Scott Segal, presidente de anestesiología en Wake Forest Baptist Health, en Carolina del Norte (Estados Unidos).

El especialista recomienda tener precaución con algunos diseños que son cómodos, pero que hacen que las máscaras o cubrebocas tengan una protección pobre, pues solo se puede respirar alrededor de ellas en lugar de a través de ellas. «Un ejemplo es el nylon ripstop (un tejido delgado e impermeable), que es liviano y muy cómodo pero con el cual es imposible respirar», explicó.

Una regla general es sostener la tela contra una luz brillante y ver si la luz delinea las fibras individuales. «Si lo hace, es probable que sea un filtro menos eficiente», apuntó Segal. «Las imágenes microscópicas electrónicas de las telas confirmaron que el hilo más grueso y el tejido más denso de algodón de mayor calidad tenían menos espacios entre las fibras y probablemente hicieron un mejor filtro».

 

Vía: Patient