Adicciones, Embarazo, Salud Mental
Beber uno o dos vasos de vino a la semana durante el embarazo puede afectar el coeficiente intelectual del bebé, según informa un estudio.
Científicos de la Universidad de Bristol y de la Universidad de Oxford (Reino Unido) han investigado los efectos de la ingesta moderada de alcohol (entre una y seis tomas a la semana) durante el embarazo en los hijos de más de 4.000 mujeres.
La investigación demostró que cuatro variantes genéticas asociadas con la metabolización del alcohol estaban relacionadas con un bajo cociente intelectual del niño a la edad de ocho años. Este descenso medio de casi dos puntos en el cociente intelectual no se vio en mujeres que no tomaron alcohol durante el embarazo.
El estudio se basó en un análisis genético y en dos cuestionarios realizados a las mujeres sobre sus hábitos de consumo de alcohol durante el primer trimestre y en las dos semanas previas al embarazo. Una bebida se consideraba una unidad de alcohol.
Conclusiones
«Nuestros resultados sugieren que en el consumo de alcohol normalmente considerado no dañino, se puede detectar diferencias en el cociente intelectual del niño dependientes de la habilidad del feto para eliminar el alcohol», afirma Sara Lewis, autora del estudio. «Esto prueba que, incluso en esta ingesta moderada, el alcohol influye en el desarrollo cerebral del feto».
Otros peligros del alcohol durante el embarazo
Tomar alcohol puede perjudicar el desarrollo del bebé, ya que este líquido se descompone mucho más lentamente en su cuerpo que en el de un adulto; eso significa que el nivel de alcohol en la sangre del bebé permanece elevado por más tiempo que en la madre. Esto es muy peligroso y algunas veces puede llevar a que se produzca un daño de por vida.
Tomar alcohol de forma cotidiana durante el embarazo puede llevar al síndrome de alcoholismo fetal en el bebé. Este síndrome se refiere a un grupo de defectos congénitos que se encuentran en niños nacidos de madres que toman demasiado alcohol. Los síntomas pueden abarcar:
- Problemas de comportamiento y atención
- Anomalías cardíacas
- Cambios en la forma de la cara
- Crecimiento deficiente antes y después del parto
- Problemas con el movimiento y el equilibrio, y tono muscular deficiente
- Problemas con el pensamiento y el habla
- Problemas de aprendizaje