Si bien el comportamiento de un niño depende de la instrucción escolar y social, el papel de los padres es clave para forjar una buena conducta. En ocasiones, los padres o tutores se desesperan al no controlar los berrinches o caprichos de sus pequeños, sin saber qué medidas tomar. Si es tu caso, te invitamos a leer las siguientes recomendaciones.
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1. Mantén la calma. “Cuando un niño está expresando mucha emoción, y los padres reaccionan con más emoción, puede aumentar la agresión del niño”.
2. No te rindas al comportamiento agresivo. Por ejemplo, si tu hijo tiene una rabieta porque quiere algo de la tienda, no te des por vencido y lo compres.
3. Reconoce a tu hijo cuando actúa bien. Recompensa el buen comportamiento, incluso cuando tu hijo no esté haciendo nada fuera de lo común. No se necesitan grandes premios, el reconocimiento es poderoso por sí solo. No te centres en objetivos financieros o materiales.
4. Identifica los patrones y desencadenantes. Reconoce qué es lo que tanto hace enojar al niño. Si se trata de despertarse temprano —por ejemplo—, divide las tareas en pasos simples y emite advertencias de tiempo, como llegar a la escuela a cierta hora. Recompensa al pequeño cuando cumpla con esos objetivos.
5. Ayuda al niño a expresarse. Anímalo a que diga lo que siente, esto valida su sentir y alienta la expresión verbal, en lugar de la física.
Si tu hijo está luchando con el autocontrol, la incorporación de estas estrategias podría ayudarte a controlar esos comportamientos. En caso de que la situación sea inmanejable, busca la ayuda de un psicólogo experto en ayudar a niños y familias a resolver problemas emocionales y de comportamiento.
Vía: Hola Doctor