Tal vez piensas que el hecho de lavarte las manos te libra de los gérmenes y sus efectos. Sin embargo, estos microorganismos son tan diminutos que pueden causarte enfermedades, introduciéndose en tu cuerpo sin que te des cuenta.
Aunque el ojo humano no puede verlos, están en todas partes, es decir, en el aire, el suelo y el agua; así como en los alimentos, las plantas y los animales. Se dice que los gérmenes tienen lugares favoritos en donde vivir, maneras distintas para diseminarse y diversas formas de causar infecciones.
El término germen engloba cuatro tipos de microorganismos: las bacterias, los virus, los hongos y los protozoos. Ante ello, es importante seguir hábitos de higiene que impidan su propagación y transmisión —ya sea por contacto o a través del aire—.
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A continuación, te describimos los tipos de gérmenes a los que estás expuesto.
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Bacterias.
Se trata de pequeños organismos unicelulares que obtienen nutrientes de su entorno. Algunas bacterias son buenas para nuestro cuerpo —como la microbiota intestinal—. No obstante, algunas pueden causar problemas, como caries, infecciones del tracto urinario, infecciones del oído, faringitis, entre otros.
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Virus.
Los virus son más pequeños que las bacterias. Para sobrevivir, crecer y reproducirse, necesitan estar dentro de otro organismo vivo. La mayoría puede sobrevivir fuera de las células vivas durante poco tiempo, ya sea en un baño u otras superficies. Sorprendentemente, algunos virus, como aquellos que ocasionan la hepatitis, pueden sobrevivir fuera del cuerpo durante una semana o más.
Los virus pueden ser responsables de enfermedades de poca importancia —como el resfriado común—, pero también de otras sumamente graves —como la viruela—.
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Hongos.
Son organismos multicelulares que, en su mayoría, no suponen un peligro para las personas sanas. Los hongos no pueden alimentarse directamente del ambiente, por lo que deben obtener sus nutrientes de agentes externos, siempre en un ambiente cálido y húmedo. Dos infecciones frecuentes son el pie de atleta y la tiña.
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Protozoos.
Estos microorganismos se parecen a las bacterias. Proliferan en ambientes húmedos, por lo que suelen transmitirse mediante el agua contaminada. Al igual que los otros tipos de gérmenes, son capaces de lesionar o destruir algunas de tus células sanas. Los protozoos producen toxinas, las cuales llevan a los molestos síntomas de las infecciones.
Recuerda que la mejor forma de prevenir afecciones relacionadas con los gérmenes es protegiéndote. Evita el contacto con personas enfermas y lávate las manos en todo momento. ¡Cuídate!
Vía: Kids Health