El desarrollo de la tecnología ha abierto la senda a nuevas posibilidades médicas para combatir, tratar y prevenir enfermedades antes mortales, como las afecciones renales. Instituciones médicas se han enfocado en transmitir los mejores métodos de prevención, así como en revertir todo daño renal.
Para realizar un trasplante de riñón, el método más común para salvar a pacientes con este tipo de mal, deben considerarse ciertos criterios de selección con el fin descartar los órganos que no sean aptos. Al respecto, un estudio realizado por Raymond Heilman, director de la División de Nefrología de Mayo Clinic, plantea la posibilidad de utilizar riñones con lesión renal aguda, modificando la idea de que no debían utilizarse.
Heilman descubrió en este órgano una capacidad asombrosa de regeneración, al comprobar en el experimento, realizado del 2004 al 2014, que no había diferencia en los resultados que brindaban los trasplantes de riñones con lesión renal y sin ella. Estos hallazgos incluyeron la comparación de la supervivencia del órgano, de la función renal y de las tasas de rechazo.
Por su parte, y con la premisa de que los riñones son los órganos con mayor demanda, el Harvard Stem Cell Institute (HSCI) ha establecido un método altamente eficiente para la fabricación de estructuras renales a partir de células madre derivadas de la piel, tomadas de los pacientes.
Este trabajo, publicado en la revista Nature Biotechnology, establece la posibilidad de crear tejidos de riñón que podrían funcionar en un paciente, y eliminar la necesidad de un trasplante.
Estas soluciones a la escasez de riñones trasplantables se unen a la detección temprana de la insuficiencia renal, gracias a Laura Escobar y Mara Medeiros, investigadoras de la Facultad de Medicina de la UNAM, quienes mediante un estudio determinaron los genes que producen esa afección y sus mutaciones en la población infantil mexicana.
A través del análisis de una tubulopatía —padecimiento que implica que el túbulo de la nefrona (unidad funcional básica del riñón) presenta un defecto que impide eliminar la carga ácida del metabolismo— descubrieron que en los primeros meses de vida pueden aparecer síntomas ligados a una afección renal, como deshidratación y parálisis muscular.
El objetivo del estudio fue llevar a cabo la primera prueba clínica de este tipo en el país, luego de que Escobar encontrara en modelos animales una vía de amonio que podría conducir a esa afección poco conocida.
En México continúan los estudios siguiendo esta deducción; mientras que en Reino Unido y Francia, se realizan investigaciones similares con el fin de establecer los genes que poseen la mutación ATR distal.
Vía: Mayo Clinic, DGCS UNAM, Harvard gazette