La preobesidad puede no causar muchos problemas notables; sin embargo, una vez que se tienen algunos kilos extra, se pueden desarrollar síntomas que afectan la vida diaria.
Entre los problemas que una persona con preobesidad puede enfrentar en el día a día están:
- Dificultad para respirar.
- Aumento de la sudoración.
- Ronquidos.
- Dificultad para dormir.
- Incapacidad de hacer frente a la actividad física repentina.
- Sentirse muy cansado todos los días.
- Dolores de espalda y articulaciones.
Estás complicaciones pueden ser solamente el inicio de otros padecimientos mucho más graves.
Entre ellos la hipertensión (presión arterial alta); diabetes tipo 2; problemas esqueleto musculares; enfermedades hepáticas, renales y gastrointestinales; colesterol alto, enfermedad coronaria y padecimientos cardiovasculares como el derrame cerebral, etc.
La FAO señala que aproximadamente el 32 por ciento de los mexicanos en edad adulta padecen obesidad. Se estima que en el mundo son más de 1400 millones de personas adultas con sobrepeso y 500 millones que padecen obesidad. La obesidad infantil se ha convertido en un grave problema de salud en el siglo XXI. Se calcula que para el 2010 había en el mundo 42 millones de niños con sobrepeso; México ocupa el cuarto lugar con más menores que padecen obesidad.
Además, se ha observado que la obesidad es un factor de riesgo en algunos tipos de cánceres, como cáncer de mama, de endometrio, de colon, riñón y esófago. También, en las mujeres, aumenta el riesgo de desarrollar complicaciones durante el embarazo, tales como la diabetes gestacional o la preclampsia.
La obesidad también es un factor en problemas relacionados con la salud mental y emocional, pues quienes la sufren pueden tener baja autoestima, sentimiento de soledad, aislamiento, problemas para relacionarse y depresión.
Finalmente, la obesidad se considera un factor de riesgo para el síndrome metabólico, el cual aumenta el riesgo de arteriopatía coronaria, eventos vasculares cerebrales y diabetes tipo 2. Este síndrome se da cuando un conjunto de factores de riesgo convergen, entre ellos:
- Obesidad central o peso extra alrededor de la parte media y superior del cuerpo.
- Resistencia a la insulina, ésta es usada por el cuerpo de manera poco eficiente.
- La edad.
- Factores genéticos.
- Cambios hormonales.
- Vida sendentaria y falta de ejercicio.