Quien padece diabetes está expuesto a desarrollar una serie de complicaciones relacionadas con la enfermedad. Entre ellas, alteraciones visuales que incluso pueden llegar a la ceguera o retinopatía, daño renal o nefropatía, enfermedades cardiovasculares, lesiones nerviosas o neuropatía y ulceraciones, estás tres últimas en combinación pueden resultar en pie diabético. Por ello seguir un tratamiento de manera puntual y seguir las indicaciones del médico es indispensable.
Cuando se padece diabetes el riesgo de un ataque cardíaco es el mismo que el de quien ya ha sufrido uno. De hecho, el enfermo de diabetes incluso puede no padecer los síntomas comunes de un infarto al corazón.
Las complicaciones que se pueden presentar son:
- Problemas oculares, dificultad en la visión y demasiada sensibilidad a la luz.
- Úlceras e infecciones en los pies y en la piel. Las lesiones tardan más tiempo de lo normal en sanar. Esto puede llevar incluso a la amputación del pie o de la pierna.
- Problemas en la circulación y en el control de la presión arterial. Esta condición puede causar ataque cardíaco u otro tipo de accidentes cardiovasculares.
- Daño en el sistema nervioso. El daño en los nervios provoca dolor, picazón y pérdida en la sensibilidad.
- Infecciones en la piel, en tracto genital femenino y en vías urinarias se vuelven más comunes.
- En los hombres puede producir disfunción eréctil.
- La presencia de altos niveles de azúcar en la sangre dificulta a los riñones su trabajo, éstos pueden sufrir daño e incluso dejar de funcionar.
- Se puede presentar cetoacidosis diabética, que el cuerpo trata de obtener la energía que no obtiene de la glucosa descomponiendo las grasas, esto genera ácidos llamados cetonas, los cuales se acumulan en la sangre y en la orina, éstos en altos niveles resultan tóxicos.