La mastitis es una infección del tejido mamario. Las mujeres pueden contraer esta infección tanto si están amamantando como si no.
Los conductos o tubos lácteos transportan la leche desde la glándula mamaria hasta el pezón. Si uno de estos conductos se obstruye, la leche se acumula dentro del seno y causa inflamación. Esto puede provocar la mastitis.
Los síntomas comunes de la mastitis incluyen:
- Inflamación o hinchazón y enrojecimiento
- Dolor y ternura
- Fatiga
- Dolor de cabeza
- Rayas rojas en los senos
- Bultos dolorosos en el pecho
- Síntomas similares a la gripe
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Entre los factores de riesgo de la mastitis se encuentran los siguientes:
- Episodio de mastitis previa durante la lactancia.
- Pezones lastimados o agrietados, aunque la mastitis se puede manifestar sin que la piel esté lastimada.
- Uso de un sostén ajustado o presión ejercida en el pecho por usar el cinturón de seguridad o una cartera pesada que puede limitar el flujo de leche.
- Técnica de lactancia inadecuada.
- Cansancio o estrés excesivos.
- Nutrición deficiente.
- Tabaquismo.
RECUERDA: Una mastitis que no tratada adecuadamente o que ocurre debido a un conducto bloqueado puede provocar una acumulación de pus (absceso) en la mama. Generalmente, un absceso requiere un drenaje quirúrgico.
Por lo anterior y para evitar esta complicación, habla con tu médico apenas desarrolles signos o síntomas de mastitis.
Vía: Healthline / Mayo Clinic