Un nuevo estudio publicado en la revista BMJ reveló que las medidas de confinamiento ayudaron a reducir el número de casos de COVID-19 en países de todo el mundo.
Además, las restricciones anteriores de permanecer en el hogar, como el cierre de escuelas y los lugares de trabajo, se vincularon con una mayor reducción de casos, dijeron los investigadores británicos.
Los resultados se basaron en datos de 149 países y regiones.
«Estos hallazgos podrían apoyar las decisiones políticas conforme los países sigan preparándose para imponer o levantar las medidas de distanciamiento físico durante las nuevas olas, actuales o futuras, de la pandemia», indicó Nazrul Islam, coautor del estudio, investigador y estadístico médico en la Universidad de Oxford, en Reino Unido.
El experto y su equipo compararon nuevos casos de COVID-19 antes y hasta 30 días después de la introducción de las medidas de distanciamiento físico, como restringir grandes reuniones y cerrar escuelas, lugares de trabajo y transporte público.
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En promedio, tales medidas se implementaron nueve días después del primer caso reportado de COVID-19. Sin embargo, algunos países tardaron más en implementar dichas medidas, como Tailandia (58 días), Australia (51 días), Canadá (46 días), Sri Lanka y el Reino Unido (ambos 45 días). Finlandia y Malasia emitieron pautas después de 42 días, mientras que Camboya, Suecia y Estados Unidos lo hicieron después de 40 días.
La implementación de cualquier medida de distanciamiento físico se asoció con una reducción promedio general del 13% en la incidencia de COVID-19, encontró el estudio.
En combinación, las restricciones a las reuniones y cierres masivos de escuelas y lugares de trabajo parecieron desempeñar un papel importante en la reducción de casos de COVID-19. Pero cerrar el transporte público cuando se implementaron las otras medidas no se asoció con una disminución adicional en los casos de COVID-19, probablemente porque menos personas usaban el transporte público, según los autores.
El estudio aporta evidencia temprana importante sobre la efectividad de las medidas de cierre y confinamiento en el control de la nueva pandemia de coronavirus, subrayó Thomas May, de la Universidad Estatal de Washington, en un editorial adjunto.
Sin embargo, el estudio no puede probar una relación directa de causa y efecto. Asimismo y según May, los resultados deben interpretarse con cautela debido a las deficiencias en las prácticas de prueba y en la recopilación de datos en muchos países.
«Debemos tener cuidado de no confundir o exagerar los resultados políticamente convenientes y arriesgarnos a violar la confianza pública necesaria para una respuesta efectiva a la pandemia», finalizó May.
Vía: Health Day News