Añadir condimentos a la comida también puede agregar rápidamente grasa, calorías, azúcar y sal en tu dieta sin aportarle mucho valor nutricional.
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Por ello, la Asociación Americana del Corazón sugiere los siguientes tips:
- Elige una salsa de tomate que sea baja en sal y azúcar. O hazla tú mismo(a) mediante la combinación de pasta de tomate baja en sodio, ajo en polvo, cebolla en polvo y azúcar morena.
- Opta por chiles picados en lugar de salsa picante, que puede ser elevada en sal. Añade un poco de pimienta de cayena o pimienta roja. O haz tu propia salsa picante mezclando jalapeños, ajo, vinagre y pasta de tomate baja en sodio.
- Haz tu propio aderezo para ensaladas.
- Prepara tu propia salsa de soya con carne baja en sodio o caldo vegetal, vinagre, melaza, jengibre en polvo, ajo en polvo, sal y pimienta.
- Haz tu propia mostaza, mayonesa y salsa tártara.
Recordemos que los condimentos son sustancias alimenticias que utilizamos para sazonar, mejorar o realzar el gusto de los alimentos, haciéndolos más apetitosos, más digeribles, para conservarlos mejor e incluso, para complementar o lograr armonía entre todos los ingredientes de la preparación sin alterar el sabor natural de lo que se cocina.
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Sin embargo, abusar de ellos puede traer consecuencias negativas no sólo para tu nutrición, sino para tu salud en general, de ahí la importancia de medirse con los mismos. Algunas de ellas incluyen:
- Irritan la mucosa del estómago: las especias picantes logran una mayor producción de jugo gástrico, como consecuencia de la irritación o inflamación que causan en la mucosa del estómago.
- Alergias: son numerosos los casos de alergia facial (picor de nariz, estornudos, tos), digestiva (dolores abdominales, picor anal) o cutánea ocasionados por contacto con la piel, por inhalación del polvillo que desprenden o por ingestión de diversas especias.
- Habituación: el sentido del gusto se habitúa al sabor condimentado, por lo que los alimentos en su estado natural resultan insípidos y debe aumentarse la cantidad de condimento para obtener la misma sensación.
- Ocultan el deterioro de los alimentos: antes de que existieran los modernos métodos de conservación (refrigeración, congelación, aditivos…), los condimentos se usaban para enmascarar el mal estado de alimentos contaminados o en descomposición, especialmente carnes y pescados.
- Aumentan la necesidad de ingerir líquido con la comida, lo que diluye los jugos gástricos y hace más lenta la digestión de los alimentos.
Vía: Healthday News/ alimentaciónsana.org