Durante años, se ha promovido la idea de que comer cinco veces al día es clave para mantener un metabolismo activo, controlar el hambre y evitar el aumento de peso. Sin embargo, la ciencia ha demostrado que esta recomendación no es adecuada para todos y que, en algunos casos, puede tener efectos negativos en la salud.
¿De dónde surge la idea de comer cinco veces al día?
Este modelo de alimentación se basa en la creencia de que fraccionar las comidas ayuda a mantener niveles estables de azúcar en la sangre y a prevenir la ansiedad por la comida. También se ha recomendado a deportistas y a personas con ciertas condiciones metabólicas.
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¿Cuáles son los posibles efectos de comer con tanta frecuencia?
- Alteración en la sensibilidad a la insulina. Comer constantemente puede generar picos frecuentes de insulina, lo que a largo plazo podría contribuir a la resistencia a esta hormona y aumentar el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.
- Dificultad para reconocer el hambre real. Si el cuerpo recibe alimentos de manera constante, se puede perder la capacidad de identificar señales naturales de hambre y saciedad, lo que puede llevar a comer por costumbre en lugar de necesidad.
- Mayor riesgo de sobrepeso. Aunque el principio de las cinco comidas busca evitar atracones, en algunas personas puede provocar un mayor consumo de calorías a lo largo del día, lo que podría llevar al aumento de peso si no se controla adecuadamente.
- Impacto en la salud digestiva. El sistema digestivo necesita periodos de descanso entre comidas para realizar funciones como la limpieza del intestino. Comer con demasiada frecuencia podría afectar este proceso y favorecer problemas digestivos como inflamación y acidez.
- No es una regla universal. La frecuencia de las comidas debería adaptarse a las necesidades individuales. Algunas personas funcionan mejor con tres comidas al día, mientras que otras pueden beneficiarse de estrategias como el ayuno intermitente.
Recuerda, no hay una única forma correcta de distribuir las comidas. Lo más importante es priorizar alimentos nutritivos, respetar las señales de hambre y saciedad y encontrar un patrón alimentario que se adapte al estilo de vida y a la salud de cada persona.
Fuente: National Center for Biotechnology Information (NCBI)