Los murciélagos han sido acusados como una posible fuente de la nueva pandemia de coronavirus que actualmente aqueja al mundo. Sin embargo y según un estudio publicado recientemente en la revista Cell Metabolism, también podrían guardar pistas para combatirla.
Los científicos dicen que el sistema inmune de los mamíferos alados puede ofrecer pistas sobre cómo combatir el nuevo coronavirus y otros virus peligrosos en los seres humanos.
«Los humanos tenemos dos estrategias posibles si queremos prevenir la inflamación, vivir más y evitar los efectos mortales de enfermedades como la COVID-19», explicó la autora principal del estudio Vera Gorbunova, profesora de biología en la Universidad de Rochester, en Nueva York. «Una sería no estar expuesto a ningún virus, pero eso no es práctico. La segunda sería regular nuestro sistema inmunológico más como un murciélago».
Se cree que muchos virus mortales que afectan a las personas se originaron en los murciélagos, incluidos la rabia, el ébola y el SARS-CoV-2, la cepa causante de COVID-19. Pero los murciélagos han desarrollado un arma secreta: su capacidad para tolerar a los virus es mayor que la de los humanos y otros mamíferos.
«Hemos estado interesados en la longevidad y la resistencia a las enfermedades en los murciélagos desde hace años, pero no tuvimos tiempo para sentarnos y pensar en ello», comentó Gorbunova.
«Estar en cuarentena nos dio tiempo para discutir el tema, y nos dimos cuenta de que podría haber una conexión muy fuerte entre la resistencia de los murciélagos a las enfermedades infecciosas y su longevidad. También nos dimos cuenta de que los murciélagos pueden otorgar pistas sobre las terapias humanas utilizadas para combatir enfermedades», detalló la experta.
Por lo general, la vida útil de una especie está asociada con el tamaño de su cuerpo. Cuanto más pequeña es una especie, más corta es su vida útil. Pero muchas especies de murciélagos tienen una vida útil de 30 a 40 años, lo que es impresionante por su tamaño, señalaron los autores del estudio.
La longevidad y la tolerancia de los murciélagos a los virus pueden deberse a su capacidad para controlar la inflamación, que está involucrada tanto en el envejecimiento como en la enfermedad. Los virus, incluido COVID-19, pueden desencadenar inflamación.
Con la COVID-19, esta respuesta inflamatoria se vuelve «caótica», indicó Gorbunova. De hecho, en muchos casos, es la respuesta inflamatoria la que mata al paciente, más que el virus en sí.
«El sistema inmunitario humano funciona así: una vez que nos infectamos, nuestro cuerpo emite una alarma y desarrollamos fiebre e inflamación. El objetivo es matar al virus y combatir la infección, pero también puede ser una respuesta perjudicial ya que nuestros cuerpos reaccionan de forma exagerada». a la amenaza «, dijo Gorbunova.
En contraste, los sistemas inmunes de los murciélagos controlan los virus sin generar una fuerte respuesta inflamatoria.
Existen varias razones posibles por las cuales los murciélagos evolucionaron para combatir los virus y vivir vidas largas. La capacidad para volar sería una de ellas, dijeron los investigadores.
Los murciélagos son los únicos mamíferos que pueden volar, lo que los obligó a adaptarse a incrementos rápidos de la temperatura corporal, así como a aumentos repentinos en el metabolismo y a daños moleculares. Dichas adaptaciones también podrían ayudar en la resistencia a las enfermedades, sugirieron los autores.
Otro factor es que muchas especies de murciélagos viven en colonias grandes y densas, y se cuelgan juntos en los techos de cuevas o en los árboles. Tales condiciones son ideales para transmitir virus y otros patógenos.
Según Andrei Seluanov, profesor de biología en la Universidad de Rochester, «los murciélagos están constantemente expuestos a los virus. Siempre están volando y traen algo nuevo a sus cuevas o nidos, y transfieren el virus porque viven muy cerca el uno del otro».
Esto significa que los sistemas inmunes de los murciélagos se adaptan continuamente para lidiar con nuevos virus. Estudiar el sistema inmunológico de los murciélagos podría conducir a nuevas formas de combatir el envejecimiento y las enfermedades en los humanos, destacaron los investigadores.
Vía: Health Day News