Los niños con COVID-19 portan tanto o más coronavirus en sus narices como los adultos, lo que sugiere que podrían representar un riesgo de infección grave si las escuelas y las guarderías vuelven a abrir, así lo dio a conocer un nuevo estudio publicado en la revista JAMA Pediatrics.

Las pruebas de coronavirus realizadas en Chicago entre marzo y abril de este año muestran que los niños y adolescentes tienden a tener la misma cantidad de virus en sus fosas nasales que los adultos.

De hecho, los niños menores de 5 años mostraron las cargas virales más altas, dijeron los investigadores.

«Los individuos más jóvenes fueron los que tuvieron la mayor cantidad de virus», comentó el doctor Taylor Heald-Sargent, investigador principal del estudio y especialista en enfermedades infecciosas pediátricas del Hospital Infantil Lurie, en Chicago. «No siempre son los que se lavan las manos o usan sus máscaras».

Los hallazgos ponen en tela de juicio estudios epidemiológicos previos que aparentemente muestran que los niños no tienden a propagar el nuevo coronavirus entre ellos, ni que infectan regularmente a los adultos.

Según dichos estudios, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) abogaron la semana pasada por la reapertura de las escuelas de la nación.

«Algunos de los argumentos que se han hecho con respecto a la apertura de escuelas y guarderías es que quizás los niños no permiten que el virus sea tan eficiente en la nariz, y por eso no están tan enfermos», destacó Heald-Sargent. «Nuestros datos argumentarían en contra de eso, demostrando que el virus es capaz de mantener la replicación y en la misma cantidad que las personas mayores, incluso más».

Para esta investigación, Heald-Sargent y sus colegas analizaron las muestras nasales de 145 pacientes diagnosticados con COVID-19.

Los expertos descubrieron que los niños pequeños tenían cargas virales promedio de 10 a 100 veces mayores que los adultos.

«Los niños ciertamente tienen el virus y están replicándolo en la nariz de manera muy eficiente, si no es que más eficiente, que los adultos», subrayó Heald-Sargent. «Sería lógico que también puedan propagar el virus o transmitirlo».

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Sin embargo, ese riesgo de infección simplemente no se ha demostrado en estudios epidemiológicos del mundo real, resaltó Amesh Adalja, investigador principal del Centro Johns Hopkins para la Seguridad de la Salud, en Baltimore.

«Una cosa es encontrar virus en las fosas nasales de un niño versus encontrar evidencia epidemiológica de que los niños lo transmitan a otras personas», dijo Adalja. «Esa es la clave: todavía no vemos brotes provocados por niños en la medida en que son causados por los adultos, pese al hecho de que también poseen el virus en la nariz».

Según los CDC, solo el 7% de los casos de COVID-19 en EE. UU., y menos del 0.1% de las muertes relacionadas, han ocurrido en personas menores de 18 años. Y hasta el momento, menos niños han muerto de COVID-19 de lo que normalmente fallecen de gripe en un año.

Sigue siendo un misterio por qué no se ha demostrado que los niños sean tan infecciosos como los adultos cuando se trata de COVID-19, apuntó Adalja.

Podría ser que los niños no se enferman tanto y, por lo tanto, no tosen tanto, lo que evita que propaguen el virus en el aire, mencionó el especialista. También podría ser que como los niños son más pequeños, es más probable que sus partículas respiratorias en el aire caigan al suelo antes de que un adulto pueda inhalarlas.

Heald-Sargent cree que el problema podría estar en el momento de los estudios epidemiológicos que mostraron bajas tasas de transmisión en los niños.

«Muchas de las encuestas epidemiológicas se han realizado en un período de distanciamiento social y aislamiento, donde las escuelas y centros de cuidado cerraron a la brevedad», indicó Heald-Sargent. «Las personas que salían a la comunidad eran los adultos. Ellos eran los que estaban trabajando y yendo a la tienda».

A medida que las restricciones y el confinamiento continúen relajándose, se observará una mayor propagación entre los niños, enfatizó Heald-Sargent.

Por ejemplo, un estudio de Corea del Sur descubrió que los niños de 10 años o más pueden transmitir el virus de manera tan eficiente como los adultos.

«No digo que las escuelas o que las guarderías no deberían reabrir. Es una discusión muy matizada y complicada, y divergente para diferentes áreas. No podemos suponer que los niños no pueden transmitir el virus. Todo el mundo está asumiendo que no se ha visto, que no sucede. Ahora creo que tenemos que desafiar esa suposición», concluyó el investigador.

 

Vía: Health Day News