Tanto el arroz integral como el arroz blanco pueden formar parte de una dieta saludable. Sin embargo, como el arroz integral conserva el salvado y el germen, es más rico en nutrientes que el arroz blanco. Por ejemplo, el arroz integral aporta más fibra, magnesio, potasio, hierro y ciertas vitaminas B (B1, B3, B6 y B9) que el arroz blanco.

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En contraste, el arroz blanco es más fácil de digerir, en parte porque tiene menos fibra. Eso puede ser beneficioso para algunas personas en determinados momentos. Por ejemplo, las personas que padecen síndrome del intestino irritable o enfermedad inflamatoria intestinal podrían necesitar controlar la cantidad de fibra que ingieren durante los brotes o episodios de esas afecciones.

No obstante, si eres una persona saludable, consumir una dieta rica en cereales integrales llenos de fibra, incluido el arroz integral, se relaciona con una serie de beneficios para la salud, como un menor riesgo de enfermedades cardíacas y diabetes tipo 2, así como con un control adecuado del peso.

 

Fuente: Harvard Medical School