Los alimentos le brindan a nuestros cuerpos la energía que necesitan para funcionar. Desafortunadamente, comer también tiene un componente emocional, razón por la que muchas personas tienen problemas para cambiar los hábitos alimenticios poco saludables.
¿Cómo saber si necesitas modificar tu dieta?
Lo primero que debes hacer es pensar en los desencadenantes o indicadores que pueden estar causando algunos de tus hábitos alimentarios.
- ¿Hay algo en tu entorno que te lleva a comer cuando no tienes hambre?
- ¿La forma como te sientes te lleva a querer comer?
Si las respuestas a estas preguntas te indican que debes cambiar tus hábitos, sigue estos consejos:
- Busca opciones saludables para los refrigerios y planea con antelación. Come fruta y yogur hacia la mitad de la tarde, aproximadamente de 3 a 4 horas después del almuerzo. De igual forma, controla el tamaño de las porciones. Toma pequeñas porciones y guarda el resto de la comida.
- Come lentamente. Apoya el tenedor entre bocados y espera hasta que hayas tragado tu bocado de alimento antes de tomar el siguiente.
- Consume alimentos únicamente cuando tengas hambre. Comer cuando te sientes preocupado, tenso o aburrido también lleva a comer en exceso. En vez de esto, llama a un amigo o da una caminata que te ayude a sentirte mejor.
- Elige alimentos más saludables y ricos en nutrientes. Reemplaza el plato de dulces por un tazón de nueces y frutas. Cuando debas tener alimentos malsanos en tu casa, ponlos en un lugar que sea difícil de alcanzar.
- Planea tus comidas. Piensa con antelación lo que vas a comer para que puedas abstenerte de comprar alimentos malsanos —compra por impulso— o comer en restaurantes de comida rápida.
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Recuerda que el desayuno fija el tono para el día. Un desayuno abundante y saludable le dará a tu cuerpo la energía que necesita para llegar hasta el almuerzo. Si no tienes hambre al despertar, puedes probar con un vaso de leche o un pequeño batido de frutas y lácteos.
Puede pasar un tiempo antes de que puedas convertir tus hábitos malsanos en hábitos nuevos y saludables. Recuerda que te llevó un tiempo formar tus hábitos actuales y puede tomar simplemente el mismo tiempo cambiarlos. No te rindas.
Si vuelves a caer en un viejo hábito, piensa por qué pasó. Trata otra vez de reemplazarlo por un nuevo hábito. Un desliz no significa que lo estés haciendo mal ¡Sigue intentándolo!
Fuente: Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos