Fomentar una relación saludable con la comida desde los primeros años de vida es clave para el desarrollo físico y emocional de niñas y niños. No se trata sólo de lo que comen, sino también de cómo se relacionan con los alimentos, con su cuerpo y con sus emociones al comer. Este vínculo, cuando se cultiva con respeto y sin presiones, puede durar toda la vida.

1. Evitar etiquetar los alimentos como “buenos” o “malos”

Aunque es importante enseñar qué alimentos son más nutritivos, usar etiquetas extremas puede generar culpa o ansiedad en torno a la comida. Lo ideal es hablar de alimentos que ayudan al cuerpo a crecer fuerte y otros que se disfrutan en ocasiones especiales, sin miedo ni juicios.

2. Permitir que escuchen su hambre y saciedad

Obligar a terminar el plato o prohibir ciertos alimentos por completo puede interferir con las señales internas de hambre. Enseñarles a reconocer cuándo tienen hambre y cuándo se sienten satisfechos les ayuda a confiar en su cuerpo y regular su ingesta de forma natural.

3. Incluir variedad de alimentos sin forzar

Ofrecer una amplia gama de alimentos en un ambiente relajado, sin presionar para que coman ciertos platos, fomenta una actitud curiosa y positiva hacia la comida. A veces se requiere exponerlos varias veces a un alimento antes de que se animen a probarlo.

4. Evitar usar la comida como castigo o recompensa

Relacionar los alimentos con premios o castigos puede generar vínculos poco saludables. Es mejor que la comida no se utilice como moneda de cambio emocional, sino que se mantenga como una experiencia neutra y placentera.

5. Ser un modelo positivo

Los hábitos alimenticios se aprenden más por observación que por palabras. Comer en familia, disfrutar los alimentos y expresar una actitud positiva hacia el cuerpo y la alimentación son ejemplos poderosos que los niños tienden a replicar.

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Establecer una buena relación con la comida en la infancia no sólo previene trastornos alimentarios, también construye una base sólida para el bienestar físico y emocional a lo largo de la vida. si tienes dudas, consulta a un profesional en nutrición.

 

Fuente: Asociación Española de Pediatría