Actividad Física, Obesidad y nutrición
Perder peso es uno de los objetivos de salud más comunes, y suele generar una pregunta recurrente: ¿es más importante la dieta o el ejercicio? Aunque ambos desempeñan un papel clave, sus impactos no son iguales.
El papel de la dieta
La dieta es un factor decisivo en la pérdida de peso porque lo que comemos determina la cantidad de calorías que ingresamos al cuerpo. Para perder peso, es necesario crear un déficit calórico, lo que significa consumir menos calorías de las que se gastan.
La comida también influye en la calidad del peso que se pierde: una dieta rica en proteínas y baja en azúcares procesados ayuda a preservar la masa muscular mientras se pierde grasa.
Además, controlar la dieta suele ser más eficiente que depender únicamente del ejercicio. Por ejemplo, eliminar una bebida azucarada al día (unas 150 calorías) es más sencillo que compensar esas calorías con 30 minutos de ejercicio vigoroso. Por esta razón, muchos expertos consideran que la alimentación representa hasta el 80% del éxito en la pérdida de peso.
El papel del ejercicio
El ejercicio, aunque por sí solo no suele ser suficiente para generar una pérdida de peso significativa, tiene beneficios cruciales. Ayuda a aumentar el gasto calórico diario, mejora el metabolismo y favorece la quema de grasa, especialmente cuando se combina con una dieta equilibrada.
Además, actividades como el entrenamiento de fuerza ayudan a conservar la masa muscular, lo que es esencial para mantener un metabolismo activo.
Más allá de la pérdida de peso, el ejercicio mejora la salud cardiovascular, reduce el estrés y contribuye al bienestar general, convirtiéndolo en una herramienta indispensable para mantener el peso a largo plazo.
Conoce más: ¿Cómo regresar a la rutina de ejercicio después de una pausa?
¿Cuál es más efectivo?
Si el objetivo es perder peso rápidamente, la dieta tiene un impacto más directo. Sin embargo, el ejercicio es fundamental para sostener los resultados a largo plazo y para mejorar la composición corporal (más músculo, menos grasa).
Recuerda, la clave está en encontrar un equilibrio sostenible que se adapte a tu estilo de vida.
Fuente: Mayo Clinic