El fósforo se encuentra presente en todas las células del cuerpo y contribuye a la salud de los huesos y dientes.

Una cantidad insuficiente de fósforo puede provocar enfermedades óseas, afectar el apetito, la fuerza muscular y la coordinación. También puede provocar anemia, mayor riesgo de infección, sensación de ardor o picazón en la piel y confusión.

Es poco probable que un exceso en la dieta ocasione problemas de salud, aunque es posible que se produzca toxicidad por suplementos, medicamentos y problemas en el metabolismo del fósforo.

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Los adultos deben intentar consumir alrededor de 700 mg de fósforo diariamente. Las mejores fuentes incluyen productos lácteos, salmón, lentejas y nueces de la India.

Por su parte, el magnesio contribuye a la función muscular y nerviosa. Ayuda a regular la presión arterial y los niveles de azúcar en sangre, además de que permite al cuerpo producir proteínas, huesos y ADN.

Muy poco magnesio puede eventualmente provocar debilidad, náuseas, cansancio, piernas inquietas, problemas de sueño y otros síntomas.

Demasiado magnesio puede causar problemas digestivos y, eventualmente, cardíacos.

Las nueces, las espinacas y los frijoles son buenas fuentes de magnesio. Las mujeres adultas requieren 320 mg de magnesio cada día y los hombres adultos necesitan 420 mg.

 

Fuente: Medical News Today