Consumir los alimentos adecuados puede ayudarte a mejorar tu energía, así como a mantenerte enfocado y lleno de vitalidad durante todo el día. Aquí te presentamos una guía sobre qué comer para sentirte más activo.

Carbohidratos complejos

Los carbohidratos son la fuente principal de energía para nuestro cuerpo, pero no todos los carbohidratos son iguales. Opta por carbohidratos complejos, que se digieren más lentamente y proporcionan una liberación sostenida de energía. Algunos ejemplos incluyen:

  • Avena: Rica en fibra y nutrientes, la avena es una excelente opción para el desayuno.
  • Arroz integral: Proporciona energía duradera y es una buena fuente de vitaminas y minerales.
  • Pan integral: Elige pan hecho con granos enteros para un suministro constante de energía.

Proteínas magras

Las proteínas son esenciales para la reparación y el crecimiento muscular, además de ayudar a mantenernos saciados por más tiempo. Algunas opciones de proteínas magras son:

  • Pechuga de pollo: Baja en grasa y alta en proteínas, es perfecta para una comida energética.
  • Pescado: Rico en ácidos grasos omega-3, que también benefician la salud cerebral.
  • Legumbres: Frijoles, lentejas y garbanzos son excelentes fuentes de proteínas vegetales.

Grasas saludables

Las grasas saludables son vitales para la absorción de vitaminas y la producción de energía a largo plazo. Incorpora en tu dieta:

  • Aguacate: Rico en grasas monoinsaturadas y fibra.
  • Frutos secos: Almendras, nueces y semillas de chía proporcionan grasas saludables y proteínas.
  • Aceite de oliva: Úsalo para cocinar o en ensaladas para obtener grasas saludables.

Vitaminas y minerales

Ciertos micronutrientes son esenciales para la producción de energía y el bienestar general. Asegúrate de consumir alimentos ricos en:

  • Hierro: Encontrado en carnes magras, espinacas y legumbres, es crucial para transportar oxígeno en la sangre.
  • Magnesio: Presente en nueces, semillas y vegetales de hoja verde, ayuda en la producción de energía celular.
  • Vitamina B: Los granos enteros, huevos y productos lácteos son buenas fuentes de vitaminas B, que juegan un papel vital en la conversión de alimentos en energía.

Hidratación

La deshidratación puede provocar fatiga y disminuir el rendimiento mental y físico. Mantente bien hidratado bebiendo:

  • Agua: Bebe al menos 8 vasos al día y aumenta la ingesta si haces ejercicio.
  • Té verde: Rico en antioxidantes y con una cantidad moderada de cafeína, puede proporcionar un impulso energético sin los picos de energía y caídas del café.
  • Jugos naturales: Los jugos de frutas y vegetales pueden ser una buena fuente de vitaminas y minerales, pero consúmelos con moderación debido a su contenido de azúcar.

Comer con regularidad

Para mantener niveles de energía estables, es importante no saltarse comidas. Comer pequeñas cantidades a lo largo del día puede ayudar a mantener un suministro constante de energía. Planifica tus comidas y meriendas para incluir una combinación de carbohidratos complejos, proteínas y grasas saludables.

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Ejemplos de comidas energéticas

Desayuno:

  • Avena con frutas y nueces.
  • Yogur griego con miel y semillas de chía.
  • Tostadas integrales con aguacate y huevo.

Almuerzo:

  • Ensalada de quinoa con verduras y pechuga de pollo.
  • Wrap de pavo con espinacas y hummus en tortilla integral.
  • Sopa de lentejas con espinacas y zanahorias.

Cena:

  • Salmón a la parrilla con arroz integral y brócoli al vapor.
  • Tacos de frijoles negros con verduras frescas y guacamole.
  • Pollo al horno con batatas y ensalada de espinacas.

Meriendas:

  • Frutas frescas con un puñado de almendras.
  • Bastones de zanahoria con hummus.
  • Batido de proteínas con leche de almendras y plátano.

Comer los alimentos adecuados puede tener un impacto significativo en tus niveles de energía y tu bienestar general. Planificar comidas equilibradas y comer con regularidad son claves para mantener un suministro constante de energía a lo largo del día.

 

Fuente: Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos