Un vez más un estudio encontró que no existe evidencia alguna de que la vacuna triple vírica sea la causante del aumento en el riesgo de padecer autismo, incluso en niños que tienen ya un riesgo genético.
La falsa creencia de que la vacuna triple vírica aumentaría el riesgo de autismo tiene su origen en un pequeño y desacreditado estudio realizado en 1998, incluso el autor de este estudio Andrew Wakefield enfrentó cargos criminales y perdió la licencia para ejercer la medicina después de que se descubrió que su estudio era fraudulento.
A pesar de que lo anterior fue evidenciado muchos padres continúan preocupados por esto, sin embargo el doctor Bryan King, un investigador del autismo en la Universidad de Washington en Seattle apuntó que retrasar o no ponerle las vacunas necesarias a los niños termina por ponerlos en riesgo serio de infecciones potenciales, esto ha demostrado ser cierto debido a los recientes brotes de sarampión alrededor del mundo, incluso en lugares como el estado de California, en el que no se habían presentado casos en cerca de 15 años. Los oficiales del gobierno encargados de salud creen que esto es gracias a padres que prefieren retrasar u omitir la vacunación.
Es conocido y aceptado por la comunidad científica que los genes pueden tener un papel en hacer más vulnerables a los niños de padecer autismo, es por eso que se ha observado que los niños tienen una mayor posibilidad de sufrir el padecimiento si tienen algún hermano mayor con la enfermedad, además también los expertos piensan que los factores medioambientales pueden ser un factor importante.
Estos nuevos hallazgos están basados en los expedientes médicos de más de 96 mil niños y niñas con un hermano o hermana mayor. El 2 por ciento de ellos tenían un hermano mayor que vive con autismo.
El 7 por ciento de estos niños con un hermano con autismo tenían ellos mismos el padecimiento, en comparación con el 1 por ciento del resto de los niños. No hubo evidencia alguna de que la vacuna triple vírica tuviera que ver con el desarrollo de la enfermedad.
De hecho los resultados del estudio lanzan que los niños que recibieron una dosis de la vacuna triple vírica a los dos años tuvieron un 25 por ciento de menos probabilidades de desarrollar autismo, las posibilidades fueron menores en niños que recibieron dos dosis al llegar a los cinco años. Sin embargo, los expertos resaltan que la vacuna triple vírica tampoco es una especie de “escudo protector” contra el autismo, pero también sostuvieron que las vacunas de ninguna manera son las causantes del trastorno del espectro autista.
Vía: Health Library