Obesidad y nutrición, Salud Mental
¿Sabías que el peso y el nivel de actividad física de los niños podría afectar sus habilidades de pensamiento y aprendizaje? Así lo indica un estudio publicado en la revista Pediatric Exercise Science.
Para el trabajo, los investigadores evaluaron a 45 niños de entre 7 y 11 años de edad que tenían un peso normal; 24 de ellos eran activos y el resto no. Se categorizó a los niños como activos si participaban en actividades organizadas (como nadar, gimnasia, fútbol o baile) durante más de una hora a la semana.
El estudio también reclutó a 45 niños con sobrepeso e inactivos.
Como se predijo, los niños activos con un peso normal tenían menos grasa corporal y una frecuencia cardíaca en reposo más baja que los niños con sobrepeso e inactivos. Sin embargo, los especialistas también observaron que los niños activos con un peso normal tuvieron un mejor rendimiento en las pruebas de habilidades mentales, como la planificación y prestar atención, en comparación con los menores inactivos.
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Lo que resalta esta investigación
Cabe destacar que aunque el estudio halló una relación entre la condición física y las habilidades de pensamiento de los niños, no encontró una relación de causa y efecto, pero sí hubo diferencias importantes.
«La actividad marcó diferencias incluso entre los niños con un peso normal. Esto verifica que la actividad física marca diferencias en la función cerebral», destacó Catherine Davis, autora del estudio y psicóloga clínica del Colegio Médico de Georgia, en Augusta, Estados Unidos.
La bueno sobre este trabajo es que resalta algo que quizás ya sabemos: los niños (con ayuda de sus familias y escuelas) pueden mejorar sus niveles de actividad física, agregó.
«Si pueden reducir algunas de las calorías vacías en su dieta y realizar más actividad física, pueden bajar de peso conforme vayan creciendo», subrayó Davis.
Si tienes más dudas sobre cómo la dieta y el ejercicio pueden afectar las habilidades de pensamiento en tus hijos, consulta a tu médico, a un experto en nutrición infantil y a un especialista en salud mental.
Vía: WebMD