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Un nuevo estudio publicado en la revista Journal of Cardiac Failure señala que, si sufres de insuficiencia cardíaca, es mejor que trates de mantener la calma, pues el estrés y el enojo, que se han vuelto cada vez más comunes durante la pandemia de COVID-19, pueden empeorar tu condición.

El estrés mental es común en los pacientes con insuficiencia cardíaca debido a las complejidades del manejo de la enfermedad, el deterioro progresivo de la función, los problemas médicos frecuentes y las hospitalizaciones, a lo que se añade la carga extra de la crisis por coronavirus, así lo dijo Kristie Harris, autora principal del trabajo y asociada posdoctoral de medicina cardiovascular en la Universidad de Yale, en Estados Unidos.

«Tenemos evidencia de que los pacientes que experimentan niveles crónicamente elevados de estrés experimentan un curso de enfermedad más pesado, con una calidad de vida disminuida y con un mayor riesgo de eventos adversos», advirtió Harris.

«Aclarar las vías conductuales y fisiológicas relevantes es especialmente importante en la era del COVID-19, cuando los factores estresantes típicos de la insuficiencia cardíaca pueden agravarse todavía más por los factores estresantes relacionados con la pandemia», agregó la experta.

La nueva investigación incluyó a 24 pacientes con insuficiencia cardíaca que completaron cuestionarios diarios durante una semana sobre su estrés, enojo y emociones negativas.

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Posteriormente, se les hizo una prueba de estrés mental en donde resolvieron problemas matemáticos y describieron una experiencia estresante reciente. Se realizaron ecocardiogramas para evaluar la función cardíaca diastólica en reposo y durante el estrés.

La función diastólica es la capacidad del corazón para relajarse y reponerse entre cada latido. En la insuficiencia cardíaca, un corazón dañado o debilitado no bombea tanta sangre como el cuerpo requiere, lo que puede poner en peligro la vida.

De acuerdo con los investigadores, los pacientes que dijeron haber experimentado enojo durante la semana previa a la prueba de estrés mental mostraron una presión diastólica en reposo peor.

«Los factores como el estrés mental y la ira a menudo pasan desapercibidos y no se abordan. Este estudio contribuye a la extensa literatura que muestra que el estrés y el enojo afectan los resultados clínicos de los pacientes con enfermedades cardíacas, agregando la insuficiencia cardíaca crónica a la lista que incluye cardiopatía isquémica (estrechamiento de arterias) y enfermedad del ritmo cardíaco», explicó Matthew Burg, autor principal del estudio y psicólogo clínico de Yale.

El especialista enfatizó que se necesita más trabajo para identificar los factores que aumentan la vulnerabilidad al estrés en la insuficiencia cardíaca, así como para averiguar si manejar el estrés puede mejorar los resultados de estos pacientes.

 

Vía: Health Day News