En una dieta ideal y saludable, la cena debe ser la comida menos copiosa que realizamos, ya que se trata de la última ingesta del día, cuando ya no necesitamos demasiado combustible. Sin embargo, el ritmo de vida actual provoca que cenar ligero suene como una misión imposible para muchas personas.
Aspectos como el exceso de trabajo, las horas extra, el tránsito o las largas distancias que se tienen que recorrer para acudir al trabajo o a la escuela, provocan que las noches sean el horario favorito de mucha gente para consumir los alimentos que no lograron ingerir a lo largo del día.
Por ello es común que, en nuestro país, una gran cantidad de personas opten por cenar alimentos con un alto aporte calórico. No obstante, este hábito es poco saludable.
La importancia de cenar ligero
Durante las noches, la actividad de la mayoría de personas suele disminuir considerablemente. Lo habitual para muchos es cenar, sentarse para ver la televisión, navegar por internet, revisar las redes sociales o leer un libro y posteriormente irse a dormir.
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Para realizar estas acciones no es necesario ingerir una cantidad importante de alimentos. Por lo que, de tomar cenas copiosas, es probable que aparezcan algunos problemas estomacales.
En cambio, consumir alimentos ligeros durante la última comida del día aporta algunos beneficios importantes, entre los que destacan:
-Ayuda a combatir el sobrepeso.
-Combate las agruras (sensación de dolor o quemazón en el esófago).
-Mejora la digestión.
-Favorece un mejor funcionamiento del metabolismo.
¿Qué puedo cenar?
Cenar ligero no es sinónimo de irse a la cama con hambre. Para nada. Existen cenas ligeras que puede satisfacer completamente a una persona sin necesidad de ser copiosas o contener una gran cantidad de calorías. Algunos ejemplos de ellas son:
-Omelette con champiñones y espinaca.
-Pechuga de pollo a la plancha con ensalada mixta.
-Tacos de lechuga con lentejas.
-Ensalada de espinacas y pechuga de pavo.
-Ensalada de frutas.
-Aguacate relleno.
Vía: Mejor con salud
