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El alcohol no solo es una sustancia que altera la mente y produce dependencia, sino que además es dañino en cualquier nivel que se consuma y debilita el sistema inmunológico. Por lo tanto, el consumo de alcohol, y especialmente su uso excesivo, reduce la capacidad de tu cuerpo para hacerle frente a las enfermedades infecciosas, incluida la COVID-19, así lo advierte la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Por ello, es recomendable evitar el alcohol en general, pero especialmente ahora en tiempos de aislamiento. Como sustancia psicoactiva, el alcohol también afecta tu estado mental y la toma de decisiones, haciéndote más vulnerable a riesgos como caídas, lesiones o violencia durante el aislamiento. También se sabe que el consumo de alcohol aumenta los síntomas de depresión, ansiedad, miedo y pánico, que pueden intensificarse mientras estás encerrado(a) en tu hogar. El consumo de alcohol no es un buen mecanismo de afrontamiento, ni a corto ni a largo plazo, aunque creas que puede ayudarte a lidiar con el estrés.

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El alcohol también hace que ciertos medicamentos sean menos efectivos, al tiempo que aumenta la potencia y la toxicidad de otros. Asimismo, no debes consumir alcohol en combinación con medicamentos para el dolor, ya que el alcohol interferirá con las funciones del hígado (hepáticas) y puede causar problemas graves, incluida insuficiencia hepática.

Sumado a lo anterior, bajo ninguna circunstancia debes consumir ningún tipo de productos alcohólicos como medida preventiva o de tratamiento contra el COVID-19.

Finalmente, recuerda que el alcohol no es una parte necesaria de tu dieta y no forma parte de un estilo de vida saludable; por lo tanto, no debe estar en tu lista de compras.

 

Vía: World Health Organization (WHO) – Europe