El ejercicio y la hidratación son factores indispensables de una vida saludable. Sin embargo, la forma de realizar la actividad física y el tipo de bebidas que se ingieren influyen en cómo podría reaccionar nuestro cuerpo.

Por ejemplo, hacer ejercicio por un par de horas, para luego tomar refresco, es mala idea. En primer lugar, se pierden los resultados de la actividad; en segundo, podrían existir consecuencias serias si se combinan con altas temperatura.

Así lo asegura una nueva investigación realizada por investigadores de la Universidad de Buffalo, en Nueva York, la cual indica que tomar refrescos, mientras se hace ejercicio en climas cálidos, puede aumentar el riesgo de enfermedad renal.

“El consumo de refrescos durante y después del ejercicio con calor no se rehidrata”, explicaron los investigadores. “Por lo tanto, el consumo de bebidas no alcohólicas, como una bebida de rehidratación, durante el ejercicio con calor puede no ser lo ideal”.

El volumen de las bebidas que tomaron los participantes era de un litro o el equivalente al 115% de su peso corporal perdido a través de la sudoración, si esa cantidad era mayor.

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Tras las evaluaciones, se descubrió que beber refresco en estas condiciones aumenta los niveles de creatinina en la sangre. Además, provoca alteraciones en los marcadores de lesión renal.

Si bien se necesita más investigación al respecto, es importante evitar el consumo de estas bebidas durante el ejercicio. Lo ideal es beber agua natural la mayor parte del tiempo.

 

Vía: Hola Doctor