La prueba de anticuerpos (también conocida como prueba serológica) es una prueba de sangre que puede detectar si estuviste previamente infectado con COVID-19. La presencia de anticuerpos específicos sugiere que estuviste expuesto y que tu cuerpo desarrolló las proteínas sanguíneas necesarias para combatir la infección. Es posible que la prueba de anticuerpos no pueda mostrar la presencia actual del virus (como lo hace una prueba de hisopo nasal o de garganta) porque puede tomar de 1 a 3 semanas desarrollar anticuerpos después de que se presenten los síntomas.
Por ello, a continuación te mencionamos los pros y los contras de este examen:
Pros
Hay algunas formas en que las pruebas de anticuerpos pueden ser valiosas:
- Para conocer tu estado: la investigación sugiere que muchas personas infectadas con COVID-19 no muestran síntomas leves ni moderados, ni signos de la enfermedad, por lo que las pruebas de anticuerpos podrían ser útiles para determinar si la tuvieron sin saberlo. Los resultados de la prueba de anticuerpos también podrían ayudar a tu médico a tomar decisiones clínicas sobre tu atención.
- Para comprender la prevalencia de la enfermedad: las pruebas de anticuerpos generalizadas podrían dar a los investigadores una mejor comprensión de cuántas personas han sido infectadas y qué tan mortal es realmente el virus. Los investigadores pueden usar estos datos para predecir cómo la COVID-19 podría afectarnos en el futuro, incluso por qué ciertas personas se ven más afectadas que otras.
- Para la terapia de plasma convaleciente: la terapia de plasma convaleciente utiliza sangre y anticuerpos de pacientes recuperados con COVID-19 para ayudar a tratar a otros con la enfermedad. Por ejemplo, algunos hospitales e instituciones utilizan la sangre de los sobrevivientes de COVID-19 que tienen una gran presencia de anticuerpos. No obstante, se requieren pruebas para realizar esta determinación.
- Para ayudar a desarrollar una vacuna: cuando se desarrolla una vacuna, esta imita una determinada infección y, una vez inyectada, ayuda a construir la defensa natural del cuerpo contra la misma, creando inmunidad ante la enfermedad. Parte de esa defensa incluye la producción de anticuerpos, pero se necesitan estudios para verificar la respuesta del cuerpo a una posible vacuna.
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Contras
Existen tres preocupaciones principales con las pruebas de anticuerpos:
- Calidad: Existen varias pruebas de anticuerpos diferentes para COVID-19. Algunos funcionan mejor que otros, y la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) todavía está evaluando la mayoría de las pruebas. Algunas cosas a tener en cuenta: es posible exponerse al COVID-19 y no desarrollar anticuerpos. Con pruebas de baja calidad, también es posible recibir un «falso positivo» porque tenía otro tipo de virus.
- Falso sentido de inmunidad: algunas personas piensan que tener anticuerpos contra COVID-19 significa que son inmunes al virus y no lo volverán a contraer. Actualmente no hay evidencia que sugiera que las personas que se han recuperado de COVID-19 son inmunes a contraerlo nuevamente. Hasta que se realice más investigación, aún deben tomar las precauciones adecuadas para evitar una mayor propagación del virus si reciben un resultado positivo de esta prueba de anticuerpos.
- Infecciones activas: si tu prueba de anticuerpos COVID-19 es negativa, no descarta la posibilidad de que puedas tener una infección activa y aún no hayas acumulado los anticuerpos contra ella. Esto significa que podría estar transmitiendo el virus a otros sin saberlo.
RECUERDA: Si crees que la prueba de anticuerpos es adecuada para ti, puedes hacértela en las unidades de atención de urgencia. Llama antes de acudir para asegurarte de que eres candidato para la prueba, incluso si no tienes signos o síntomas actuales de COVID-19. Si no estás seguro(a), habla con tu proveedor de atención médica para determinar si tiene sentido que te hagas la prueba.