dietaCuando alguien se encuentra en un régimen de alimentación para bajar de peso, es común que escuchemos que “está a dieta”; sin embargo, este término no es correcto.

Una dieta es todo lo que se consume en un sólo día y no implica que esos alimentos necesariamente sean saludables. En una dieta de reducción de peso se recomiendan, comúnmente, dietas hipocalóricas (bajas en calorías), pues al consumir más calorías de las que se gastan al día, aumenta el riesgo de subir de peso.

Las características de la dieta son las que hacen la diferencia entre una dieta saludable o una dieta malsana.

La dieta malsana no aporta los nutrimentos adecuados para considerarse saludable; incluso, puede contener sustancias que, por su valor biológico, no pueden ser consideradas nutrimentos (colorantes y aditivos). El consumo de este tipo de dietas está asociado a enfermedades como: cáncer, gastritis, obesidad, hipertensión, colitis, etcétera.

Una dieta saludable no implica que tengas que dejar de disfrutar de tus platillos favoritos. De hecho, la naturaleza tiene bastantes alimentos que se pueden disfrutar sin necesidad de agregar o adicionar colorantes o saborizantes.

Los hábitos saludables son los que ayudan a mantener un buen estado de salud y nutrición. De ellos depende que nuestro organismo funcione correctamente. Estos se forman a través del tiempo.

El Sistema Mexicano de Alimentos Equivalentes es una herramienta útil para ayudar a los nutriólogos a calcular la cantidad de alimentos que cada persona requiere, de acuerdo a sus características individuales, como la composición corporal, edad, sexo, actividad física, gustos, costumbres, posibilidades económicas, entre otros. Por eso, cada dieta es individual.

Para este fin, los alimentos se clasifican en los siguientes grupos:

  1. Frutas.
  2. Verduras.
  3. Cereales y leguminosas.
  4. Leche y derivados.
  5. Alimentos de origen animal.
  6. Grasas (de origen animal y vegetal).
  7. Azúcares.

Si tienes dudas sobre cómo combinar los alimentos y las cantidades, acude con un profesional de la salud capacitado.

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De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), las recomendaciones de nutrición, tanto poblacionales como individuales, deben consistir en:

  • Lograr un equilibrio calórico y un peso saludables.
  • Reducir la ingesta calórica procedente de las grasas; es decir, cambiar las grasas saturadas por las insaturadas y eliminar los ácidos grasos trans.
  • Aumentar el consumo de frutas, verduras, legumbres, cereales integrales y frutos secos.
  • Reducir la ingesta de azúcares libres.
  • Reducir el consumo de sal (sodio), cualquiera que sea su fuente, y garantizar que la sal consumida esté yodada.

 

Vía: LN. Lizeth Gómez M.