Las pecas tienden a ser un rasgo genético, especialmente cuando los miembros de la familia tienen piel y cabello de tonalidad clara.
En estos casos, su cuerpo contiene menos melanina, sustancia química que protege del daño solar mediante la reflexión y absorción de los rayos ultravioleta (UV).
Recordemos que algunos melanocitos producen mayor cantidad de melanina ante la exposición al sol, pero, en lugar de un bronceado uniforme, las personas de tez blanca desarrollan pecas.
En este contexto, las pecas surgen de la combinación entre la genética y la exposición al sol. En algunos casos, desaparecen casi por completo durante el invierno y vuelven en verano.
Un desbalance hormonal también puede causar pecas. En este caso, el estrógeno sobre estimula el pigmento producido por las células, causando que generen más color cuando hay una exposición a rayos UV.
¿Indicio de enfermedades en la piel?
En un número reducido de casos, las pecas representan un riesgo para la salud —o indicio de neurofibromatosis—. Es decir, las manchas no son señales de otras anomalías, ni representan indicios de cáncer.
Es normal que las pecas cambien lentamente con el tiempo. Sin embargo, las personas con una gran cantidad de ellas deben evitar las quemaduras solares y exposiciones al sol muy intensas.
Recuerda que la autoexploración es una herramienta eficaz en el diagnóstico precoz del melanoma maligno. Es importante prestar atención a aquellas pecas que mantienen mucha actividad o cantidad de pigmento.
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También deben vigilarse aquellas manchas con aspecto irregular que hayan experimentado un cambio reciente. Para que no lo olvides, recuerda las iniciales ABCDE, las cuales significan:
- A – Asimetría (forma irregular).
- B – Bordes (irregulares).
- C – Color (cambios o presencia de dos o más colores).
- D – Diámetro (superior a seis milímetros).
- E – Evolución (cambios progresivos).
Vía: Kids Health/ Medline Plus