Cuando uno se enferma, lo más común es pensar que solo nos podremos recuperar o sentir mejor tomando medicamentos. Si eres de los que piensa así, quizá te sorprenda saber que realizar actividad física, en algunas ocasiones, es tan benéfico para combatir las enfermedades que ingerir fármacos.
Practicar actividad física no solamente es benéfico para los deportistas de alto rendimiento, pues también ayuda a las personas con alguna enfermedad, mejorando su salud integral y calidad de vida, aseguró Alfredo Santalla Hernández, doctor de la Universidad Pablo de Olavide, en Sevilla, España.
“Con el ejercicio físico consigues tratar o minimizar los daños de alguna dolencia e incluso a veces curarla, o al menos permite que la terapia posterior de farmacología haga más efecto”, expuso.
De acuerdo con su experiencia, “personas que tenían dificultad por algún padecimiento, después de un programa de entrenamiento ya son independientes en sus actividades, o al menos no disminuyen mucho su capacidad funcional”, compartió.
“El ejercicio tiene un poder terapéutico realmente impresionante, ya sea como terapia principal o complementaria a la farmacología”, agregó el experto.
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El único medicamento que actúa positivamente en todos los órganos es actividad física, sostuvo. Esto se debe a que su práctica ofrece beneficios ante todas las enfermedades, un ejemplo de ello son algunas afecciones como la hipertensión, el infarto al miocardio, la diabetes, el colesterol alto y las patologías respiratorias, expuso.
Santalla Hernández explicó que la actividad física puede complementar sin problema alguno el tratamiento de cualquier afección, incluyendo cáncer, fibrosis quística, hipertensión arterial pulmonar y enfermedades metabólicas del músculo.
“Los resultados que hemos encontrado siempre suelen ser positivos, ya que los pacientes mejoran mucho” con la práctica de ejercicio como parte de su tratamiento, destacó.
En algunas patologías, practicar actividad física mejora la funcionalidad de la salud a nivel pulmonar, de cardiología, de sangre o músculo, detalló. En otras previene que descienda mucho la capacidad del paciente, como en el caso del cáncer. En estos pacientes, “lo que hace el ejercicio es evitar que la quimioterapia degrade el músculo o empeore la capacidad del corazón”, puntualizó.
Si actualmente padeces alguna enfermedad, no dudes en pedirle a tu médico que te proporcione una rutina de actividad física complementaria a tu tratamiento farmacológico, que te permita recuperar, o bien, aminorar los síntomas de la afección.
Vía: Notimex