Las amígdalas son ganglios linfáticos ubicados en cada lado de la parte posterior de la garganta. Entre sus funciones destaca el ayudar a combatir las infecciones, reaccionando ante los gérmenes y las bacterias que ingresan a través de la nariz y la boca.

La amigdalitis se produce cuando las amígdalas son atacadas por un virus o por bacterias —en alrededor del 15 al 30% de los casos—. Esto hace que las amígdalas se inflamen y se hinchen. Los síntomas más comunes son: dificultad para deglutir, dolor de oído, fiebre, escalofríos, dolor de cabeza, dolor de garganta que dura más de 48 horas y sensibilidad de la mandíbula.

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Si la amigdalitis es provocada por un virus, los antibióticos no ayudarán. Sin embargo, puedes seguir ciertos cuidados en el hogar para aliviar los síntomas. Toma en cuenta lo siguiente.

  1. Bebe líquidos suaves y tibios —sopa, caldo o té con miel y limón—.
  2. Deja descansar la voz. Por lo pronto, haz gárgaras con agua salada tibia —1/4 de cucharadita de sal en ocho onzas de agua tibia—.
  3. Chupa pastillas para la garganta o caramelos duros.
  4. Utiliza un humidificador de vapor frío para humedecer el aire.
  5. Los antibióticos pueden tratar la amigdalitis provocada por bacterias. Tómalos sólo si tu médico los receta. Asegúrate de seguir sus instrucciones, de no hacerlo, es posible que la infección reaparezca.

Toma en cuenta que la amigdalitis se propaga a través del contacto con otras personas. Puedes prevenirla lavándote las manos con frecuencia. No compartas vasos ni utensilios, y evita el contacto cercano con las personas que están enfermas. ¡Cuídate!

 

Vía: Family Doctor