Aunque la naturaleza representa una gran aliada para mejorar nuestra salud física y mental, muchas personas sufren los estragos del polen u otros factores estacionales. La rinitis alérgica o fiebre de heno es un ejemplo de ello. A continuación, te hablamos sobre sus dos tipos.
- Estacional. Causada por una alergia al polen o esporas de moho en el aire. Los síntomas son estacionales y suelen ocurrir en la primavera, el final del verano y el otoño.
- Perenne. Causada por otros alérgenos, como ácaros del polvo, pelo o caspa de mascotas. Los síntomas ocurren todo el año.
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La rinitis alérgica puede durar varias semanas, y aunque tiene los mismos síntomas que los resfriados (menos fiebre), suele durar más. La picazón, principalmente en los ojos, la nariz, la boca, la garganta y la piel, es común con la fiebre del heno, pero no con un resfriado.
Los alérgenos que pueden causar rinitis alérgica perenne incluyen:
- Moho. Es común donde el agua tiende a acumularse, como las cortinas de baño y los sótanos húmedos.
- Caspa de animales. Las proteínas que se encuentran en la piel, la saliva y la orina de mascotas peludas como los gatos y los perros son alérgenos.
- Polvo. Muchos alérgenos, incluidos los ácaros del polvo, están en el polvo. Los ácaros del polvo son pequeñas criaturas que se encuentran en las camas, los colchones, las alfombras y los muebles tapizados.
Si los síntomas de la rinitis interfieren en tu calidad de vida, visita de inmediato a un médico. Es posible que te haga preguntas sobre tus síntomas e historia clínica, con el fin de dar un diagnóstico acertado.
Te recomendamos mantener un registro de tus síntomas para ayudar al especialista a determinar qué desencadena tus alergias.
Vía: Family Doctor