Los riñones son los órganos que ayudan a limpiar y filtrar tu sangre, lo que a su vez permite eliminar los productos de desecho y la producción de orina. Las pruebas renales ayudan a monitorear la salud y el adecuado funcionamiento de tus riñones. Estas incluyen pruebas de sangre, orina y estudios de imagen, así lo señala la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.

La enfermedad renal temprana generalmente no presenta signos ni síntomas, razón por que las citadas pruebas fungen como la única vía para saber cómo se encuentran tus riñones. Por lo anterior, es fundamental que te realices una prueba de enfermedad renal si presentas alguno (o varios) de los siguientes factores de riesgo clave:

  • Diabetes
  • Presión arterial alta
  • Enfermedad cardíaca
  • Antecedentes familiares de falla renal

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Las pruebas renales específicas incluyen las siguientes:

  1. Tasa de filtración glomerular (TFG). Uno de los análisis de sangre más comunes para verificar la enfermedad renal crónica. Este indica qué tan bien están filtrando tus riñones.
  2. Pruebas de creatinina en sangre y orina. Ayudan a verificar los niveles de creatinina, un producto de desecho que los riñones eliminan de la sangre.
  3. Prueba de albúmina en orina. Este examen busca la presencia de albúmina, una proteína que puede pasar a la orina si los riñones se encuentran dañados.
  4. Estudios de imagen. Las pruebas de imagen, como un ultrasonido, brindan imágenes más detalladas de los riñones. Tales imágenes ayudan al proveedor de atención médica a observar el tamaño y la forma de dichos órganos, así como a detectar cualquier alteración.
  5. Biopsia renal. Es un procedimiento que consiste en tomar una pequeña muestra de tejido de los riñones para examinarla con un microscopio. Esta permite comprobar la causa de la enfermedad renal y qué tan dañados están tus riñones.

 

Fuente: U.S. National Library of Medicine