Las alarmas de humedad son un tratamiento individual más eficaz para la enuresis (mojar la cama mientras se duerme). Si los intentos de usar un sistema de recompensa (terapia motivacional), beber la mayoría de los líquidos por la mañana y por la tarde, y usar el baño justo antes de irse a la cama no ayudan, entonces una alarma puede ser una buena opción para tu hijo. Las alarmas de humedad pueden usarse con otros tratamientos, y no están diseñadas para niños que mojan la cama solo una o dos veces por semana.

Las alarmas de humedad para enuresis se colocan en el cuerpo y emiten un sonido cuando la orina toca por primera vez la ropa interior del niño. Cuando la alarma suena, el niño:

  • Se levanta de la cama y apaga la alarma.
  • Va al baño para terminar de orinar (incluso si el niño ya no siente la necesidad de hacerlo).
  • Cambia la ropa y limpia o reemplaza el sensor de humedad.
  • Cambia la ropa de cama o pone una toalla en cualquier lugar húmedo.
  • Reinicia la alarma y vuelve a dormir.

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Al principio, es posible que los padres deban ayudar al niño con todos los pasos anteriores. Asimismo, los niños menores de 10 años podrían no escuchar la alarma, pero el tratamiento sigue funcionando si los padres la escuchan y despiertan al niño. Además, la mamá/papá o el niño pueden llevar una tabla o un calendario de noches secas, húmedas y detección de humedad para animar al niño. El médico del menor pedirá actualizaciones sobre cómo está funcionando este método.

Es menos probable que un niño vuelva a orinarse en la cama después de usar una alarma de humedad si:

  • El tratamiento se continúa hasta que el niño se haya mantenido seco todas las noches de forma seguida y durante al menos 2 semanas. Pueden pasar hasta 4 meses antes de ver tales resultados.
  • El niño bebe más líquidos durante el día hacia el final del tratamiento, para estirar la vejiga.

RECUERDA: Las alarmas de humedad son económicas, seguras y bastante fáciles de usar. Sin embargo, el niño y los padres deben ser orientados respecto a dónde comprarlas y recibir formación sobre cómo utilizarlas.

 

Fuente: Michigan Medicine – University of Michigan Health