El dolor por cálculos renales, también conocido como cólico renal, es uno de los tipos de dolor más severos imaginables. Algunas personas que han experimentado cálculos renales comparan el dolor con el parto o con una puñalada con un cuchillo.

El dolor es lo suficientemente intenso como para justificar más de medio millón de visitas a las salas de emergencia cada año.

Usualmente, el dolor comienza cuando un cálculo ingresa al uréter estrecho. Esto provoca una obstrucción, lo que hace que se acumule presión en el riñón. La presión activa las fibras nerviosas que transmiten señales de dolor hacia el cerebro.

El dolor por cálculos renales generalmente comienza de forma repentina. A medida que el cálculo se mueve, el dolor cambia de ubicación e intensidad.

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Con frecuencia, el dolor aparece y desaparece en oleadas, lo que empeora cuando el uréter se contrae mientras intenta expulsar el cálculo. Cada ola puede durar unos minutos, desaparecer y luego regresar.

Normalmente, sentirás dolor en el costado y la espalda, debajo de las costillas. Asimismo, el dolor puede irradiarse al abdomen y al área de la ingle conforme el cálculo desciende por el tracto urinario.

Los cálculos grandes pueden ser más dolorosos que los pequeños, pero la intensidad del dolor no necesariamente se relaciona con el tamaño del cálculo. Incluso una pequeña piedra puede ser dolorosa cuando se mueve o causa un bloqueo.

Si deseas saber más sobre los cálculos renales y el dolor que ocasionan, consulta a tu médico o a un urólogo.

Fuente: Healthline