La uremia se traduce como «orina en la sangre».

Los riñones actúan como filtros en el cuerpo, eliminando los desechos y las sustancias potencialmente peligrosas que pasan a través de ellos. Cuando los riñones no funcionan correctamente, los productos de desecho pueden regresar a la sangre.

La uremia es un efecto secundario de la insuficiencia renal, por lo que tratar la afección requiere necesariamente que los riñones reciban tratamiento.

Las personas con uremia generalmente tienen proteínas, creatina y otras sustancias en la sangre. Dicha contaminación puede afectar a casi todos los sistemas del cuerpo.

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La mayoría de las personas con uremia experimentan síntomas. No obstante, las personas con enfermedad renal crónica, que es el principal factor de riesgo de uremia, podrían no experimentar síntomas hasta que la enfermedad haya progresado significativamente.

La azotemia es otra afección que puede presentarse si los riñones no funcionan bien. Las dos condiciones pueden ocurrir al mismo tiempo.

Mientras que la uremia es la acumulación de urea en la sangre, la azotemia es la acumulación de productos de desecho de nitrógeno en la sangre.

 

Fuente: Medical News Today