Si tu nivel de glucosa tiene altibajos inexplicables, tal vez no se deba a tu alimentación, medicamento ni régimen de ejercicio. Esos cambios pronunciados quizá se deban a algo completamente inesperado: la piel.
Se recomienda que rotes los puntos de inyección o infusión y pases a parches de piel que no has usado. De lo contrario, el daño al tejido debido a los pinchazos incesantes puede dificultar que absorba bien la insulina. Es preferible usar el abdomen como punto de inyección porque es fácil de ver y alcanzar. Otros puntos adecuados son la cadera, la parte superior de la nalga, la parte exterior del muslo y el revés del antebrazo.
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Evita problemas con el punto de inyección:
Sí
- Usa otra parte del cuerpo para ponerte inyecciones, como los antebrazos o el abdomen, cada semana.
- Rota los puntos de inyección dentro de las partes del cuerpo que uses.
- Inyéctate aproximadamente a dos pulgadas del punto anterior.
- Toma nota de los puntos donde te pones inyecciones.
- Usa jeringas e inyectores nuevos.
No
- No te inyectes cerca del ombligo, lunares o cicatrices, pues el tejido más grueso afecta la absorción de insulina.
- No te inyectes en la parte interior de los muslos, pues tienen muchos vasos sanguíneos y nervios, por lo que puede sangrar y ser doloroso.
- No te inyectes en la piel sobre un músculo que inmediatamente vas a usar al hacer ejercicio, como el brazo con el que agarras la raqueta de tenis, pues es posible que eso acelere demasiado la absorción.
Bultos y hendiduras
Lávate las manos antes de examinar puntos potenciales y revisa si hay bultos. Si sientes un bulto, si se han formado hendiduras o si tienes dificultad para insertar la jeringa, evita ese punto. Haz que tu proveedor de atención médica te examine los bultos o hendiduras que encuentres. Una cita exhaustiva para el tratamiento de la diabetes debe incluir la inspección de puntos de inyección e infusión.
Vía: Diabetes Forescast