Existen ruidos molestos que pueden llegar a afectar la calidad vida, ya sea el goteo de un grifo, el ruido de una persona masticando o el chillido de un gis sobre el pizarrón. Es completamente normal sentir irritabilidad ante estos sonidos, pero ¿qué pasa si generan pánico o reacciones irracionales?
Se dice que una persona padece misofonía cuando tiene un reacción evasiva e intensa ante sonidos específicos. Es importante no confundir esta afección con la hiperacusia, es decir, con la sensibilidad auditiva a causa de una irritación en alguna parte de la vía auditiva.
En la hiperacusia, la información auditiva se percibe insoportablemente alta; en tanto, la misofonía engloba la intolerancia de los ruidos repetitivos o patrones de sonido. Se trata de un trastorno neurológico en el que los estímulos auditivos son malinterpretados por el sistema nervioso central, causando una agitación e inquietud desmedida.
Conoce más: Misofonía, causa por la que algunas personas odian ciertos ruidos
¿Cómo combatir la misofonía?
Si bien no existe un tratamiento o cura específica, algunos trucos y terapias ayudan a sobrellevar las molestias. Toma en cuenta lo siguiente.
- Evita, en medida de lo posible, los ruidos que te molestan.
- Cubre los ruidos detonantes con tu música favorita. También puedes utilizar tapones para los oídos.
- Practica técnicas de relajación, como meditación o yoga.
- Limita el consumo de alcohol, cafeína y sustancias que alteren tus sentidos.
- Acude a una terapia cognitivo-conductual. Éstas son de gran ayuda para mejorar la tolerancia a los ruidos, así como para aprender a controlar las reacciones emocionales negativas.
Vía: Hear-it