Evitar consumir calorías en la comida, para reservarlas para la bebida es un trastorno alimenticio que se está multiplicando entre los jóvenes.
La ebriorexia es una nueva enfermedad que está comenzando a hacerse conocida debido a la gran cantidad de mujeres afectadas. Consiste en una combinación de anorexia, bulimia y alcohol, que provoca desnutrición, ansiedad y daños psicológicos.
“Esta enfermedad es sumamente grave ya que quienes ingieren alcohol se niegan a comer para compensar así las calorías que tiene esta bebida y los órganos se van dañando muchísimo más rápido en el proceso”, asegura la nutricionista argentina Romina Vargas.
Este fenómeno afecta, sobre todo, a mujeres menores de 30 años, y ha despertado la preocupación de los especialistas debido a la gran cantidad de mujeres famosas que se han exhibido públicamente y que padecen de esta enfermedad.
Estudio científico
Victoria Osborne, investigadora de la Universidad de Missouri (EE UU), ha analizado este nuevo trastorno alimentario. Y ha llegado a la conclusión que afecta tres veces más a las mujeres, y que normalmente las motivaciones que hay detrás incluyen evitar ganar peso, emborracharse más rápido (con el estómago vacío) y ahorrar dinero de la comida para comprar alcohol.
Lo peor de este trastorno es que privar al cerebro de una nutrición adecuada a la vez que se consumen grandes volúmenes de alcohol puede «provocar problemas cognitivos a corto y largo plazo, incluyendo dificultad de concentración, pérdida de la capacidad de estudiar y problemas a la hora de tomar decisiones», explica Osborne.
Peligros de la ebriorexia
Dejar de ingerir alimentos con el propósito de poder beber alcohol, trae una serie de alteraciones en la alimentación diaria, causan algunos efectos en el organismo, como el daño al hígado, siendo las mujeres las más vulnerables al daño hepático por consumo de alcohol.
Al beber la misma cantidad de alcohol que un varón, “la sangre de una mujer absorbe entre un 30% y un 50% más”, señalan los expertos. También el corazón de la mujer es más vulnerable que el del hombre al consumo excesivo de alcohol, “con un 60% menos de alcohol pueden sufrir la misma cardiopatía”.
Además, quienes sufren esta enfermedad tienden a comportarse de forma violenta y arriesgada, y a dañar sus órganos vitales a edades tempranas, lo que desemboca en enfermedades crónicas.
Prevención
Cuando una persona tiene ebriorexia y quiere superarla, se debe acudir con un médico general, con psicólogo para tratar la adicción y los problemas asociados y con el nutriólogo, para recuperar el equilibrio nutricional.
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