Ya sea por dolor, el uso de agujas o la pérdida de control, varios aspectos del cuidado dental pueden contribuir a la renuencia a ir al dentista. También puede serlo un encuentro desagradable en el pasado o la vergüenza por la salud bucal. A algunas personas no les gusta que un dentista se acerque a su cara, y a otras les preocupa el olor de su aliento.
Conoce más: 4 señales de alerta para ir al dentista
Sin embargo, existen formas de recuperar un estado de ánimo más tranquilo cuando te acerques al sillón dental. Los expertos sugieren llevar a cabo las siguientes estrategias:
- Distracción. Escucha música o un podcast con auriculares. Algunos dentistas también ofrecen música o videos que ayudan a desviar tu atención. Intenta concentrarte en algo que no sea lo que está sucediendo en tu boca.
- Técnicas de relajación. La meditación puede reducir los niveles de estrés y la respiración profunda puede disminuir tu frecuencia cardíaca, ayudándote a tener más control sobre ti mismo(a).
- Sedación. Pregúntale a tu dentista si puede administrarte medicamentos que te calmen y relajen durante el tratamiento, como óxido nitroso (gas de la risa). Algunos dentistas te recetarán un sedante oral que podrás tomar en tu casa antes de la visita, siempre que cuentes con alguien que te lleve.
- Lleva a un(a) compañero(a). Tener a alguien de confianza que te acompañe a la cita puede ayudar a reducir parte de tu ansiedad.
Fuente: Harvard Medical School